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Sr. García .
Cuentos, jaques y leyendas

El psicoanalista que no quiso ser campeón del mundo

Reuben Fine fue un chico del Bronx que quedó atrapado entre Freud y el ajedrez

Manuel azuaga herrera

Domingo, 3 de octubre 2021, 02:00

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En 2014, durante la disputa del Campeonato del Mundo entre Magnus Carlsen y Viswanathan Anand celebrado en Sochi (Rusia), el noruego, que defendía el título ... por primera vez, desconcertó a muchos aficionados con una sorprendente confesión. Un periodista de la publicación inglesa 'Standpoint' le preguntó si se veía reflejado en alguno de los grandes nombres de la historia. «En Reuben Fine», dijo Carlsen. «Fine era un jugador muy fuerte, pero dejó el ajedrez muy pronto. El otro día leí sobre él y, aunque antes no me había llamado la atención, me parece que lo que él hizo es muy similar a lo que yo estoy haciendo ahora». No deja de ser curioso que Carlsen nombrara al estadounidense Fine como modelo, alguien con una trayectoria breve que nunca logró ser campeón, y no hiciera alusión a Capablanca, Alekhine o Lasker, o a cualquiera de los grandes popes del panteón ajedrecístico. La explicación, a mi juicio, es sencilla. Con 70 años, en declaraciones a la revista 'Chess Life', Reuben hizo retrospectiva: «Siempre traté de encontrar el movimiento más preciso». Y este rasgo, la precisión, es común con Carlsen, incluso los coloca a ambos en una misma casilla conceptual. El ensayista Mark Strand dijo que «el deber moral del poeta es restaurar la precisión, y la precisión es la verdad». Y con ese aire poético de Strand deberíamos trazar el perfil de Reuben Fine, un ajedrecista que acabó volcando su extraordinario talento en el psicoanálisis, desde donde nunca dejó de buscar respuestas, dentro y fuera del tablero.

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