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Peter Farrelly, junto al equipo de 'Green Book'.

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Peter Farrelly, junto al equipo de 'Green Book'. Reuters

'Green Book' malogra la gran noche de 'Roma' y gana el Oscar a mejor película

La película de Peter Farrelly obtiene las estatuillas a mejor guion original y actor de reparto en una gala aburrida dominada por la reivindicación racial | Alfonso Cuarón se tiene que conformar con los premios al mejor director, fotografía y película de habla no inglesa

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Domingo, 24 de febrero 2019

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Los Oscar que iban a hacer historia con 'Roma', una cinta en español producida por una plataforma de streaming, lo hicieron al premiar a siete cineastas negros, un récord en la historia de los premios. 'Green Book' se hizo con el galardón a la mejor película, mientras Alfonso Cuarón se tuvo que conformar con el de mejor director, además del de mejor fotografía y película de habla no inglesa para una cinta de Netflix, cuya revolución tendrá que esperar. Fue una ceremonia tediosa, sin apenas momentos de emoción, en la que se habló en español y que tuvo en las reivindicaciones raciales y los mensajes anti-Trump un tibio contenido político que se impuso al espectáculo.

La cosa empezó con Brian May y Roger Taylor sobre el escenario dando paso a Queen, esto es, lo que queda del grupo con el cantante Adam Lambert reemplazando a Freddie Mercury e interpretando 'We Will Rock You' y 'We Are the Champions', en versiones recortadas. Mientras, Javier Bardem bailaba entregado y feliz en el patio de butacas. Un recordatorio de que 'Bohemian Rhapsody', biopic del cantante, se ha convertido en un fenómeno global que ha recaudado más de 750 millones de dólares en todo el mundo. Fue un comienzo pobretón, acostumbrados como estamos en la historia de los premios a arranques musicales espectaculares y a vídeos deslumbrantes. Un aviso de que la ceremonia iba a ser concisa, cutrecilla, y que transcurriría a toda pastilla. Fue una mera sucesión de premios sin chispa ni momentos álgidos. Se echó de menos un presentador que diera empaque y continuidad, aunque fuera para ponerlo a caldo como suele suceder.

Adam Lambert y Brian May, durante la actuación.
Adam Lambert y Brian May, durante la actuación. Reuters

«No hay presentador esta noche, no hay categoría a mejor película popular… y tampoco México va a pagar el muro», soltó la actriz Maya Rudolph, poco antes de que Regina King recogiera el primer Oscar de la noche, el de mejor actriz de reparto por 'El blues de Beale Street'. La primera película en disfrutar las mieles del éxito fue 'Black Panther', que enlazó la estatuilla al mejor vestuario con la de diseño de producción. Son los primeros galardones para los estudios Marvel por una cinta de superhéroes con mensaje de reivindicación racial; también un recordatorio de que la factoría de personajes de cómic es propiedad de Disney, al igual que la cadena ABC, productora de la gala.

Regina King consigue el Oscar a mejor actriz de reparto.
Regina King consigue el Oscar a mejor actriz de reparto. Reuters

El primer Oscar de 'Roma' fue el de mejor fotografía para el propio Alfonso Cuarón, que se encargó personalmente de los largos y elaborados planos secuencia en blanco y negro de su película. El mexicano optaba a cuatro Oscar para él solito. Tuvo el detalle de dedicárselo a su operador habitual, Emmanuel 'Chivo' Lubezki, que esta vez no pudo trabajar con él: «Billy Wilder tenía en su despacho un cartel que decía: ¿Qué hubiera hecho Lubitsch?. Yo todos los días me preguntaba: ¿qué hubiera hecho Lubezki?». Es la primera vez que un realizador que firma asimismo la fotografía de su película consigue el Oscar, una hazaña que no habrá gustado demasiado al poderoso sindicato de directores de fotografía estadounidense.

Los dos Oscar de edición y mezcla de sonido correspondieron, cómo no, a 'Bohemian Rhapsody' por combinar la voz del actor Rami Malek con los temas de Queen, que forman parte de la memoria sentimental de varias generaciones. Después cayó el de mejor montaje, un hecho curioso ya que la cinta no se sabe muy bien quién la ha dirigido: si Bryan Singer, despedido a mitad de rodaje, o el realizador que le reemplazó, Dexter Fletcher.

«No hay fronteras, no hay muros, que frenen el genio y el talento, celebramos la cultura y el idioma de diferentes países», pronunció en español Javier Bardem -toda una declaración de intenciones-, que salió al escenario del teatro Dolby a los sones del 'Cinema Paradiso' de Morricone. Fue una andanada contra Trump antes de entregar el segundo Oscar de 'Roma', el de mejor película de habla no inglesa, la primera estatuilla que recibe México en esta categoría. «No hay olas, sino el océano, dijo Claude Chabrol al hablar de la Nouvelle Vague», recordó Cuarón en su discurso de agradecimiento, convertido ya en protagonista de la noche. Más hispanos. El actor Diego Luna y el chef José Andrés también hablaron en español al presentar el vídeo de 'Roma', «una película que da la voz a los que no la tienen, entre ellos las mujeres y emigrantes, que son los que hacen que la humanidad avance», alabó el cocinero.

Mahershala Ali.
Mahershala Ali. Reuters

Estaba cantado: Mahershala Ali, que ya ganó el Oscar de reparto por 'Moonlight', se convierte en el primer actor negro con dos premios en esta categoría por dar vida al pianista atormentado y talentoso de 'Green Book', la fábula buenrollista que apela a la reconciliación racial en Estados Unidos y que se llevó asimismo el premio al mejor guion original antes de convertirse en la gran triunfadora. Su compañero en el filme, Viggo Mortensen, se golpeaba el corazón complacido en su asiento junto a su compañera, la actriz Ariadna Gil. Los tres Oscar de 'Black Panther' (vestuario, diseño de producción y música) y el de Ali recordaban la presencia afroamericana en un Hollywood que todavía sufre críticas por su falta de diversidad. Pero para reivindicación la de la «igualdad menstrual» en boca de las directoras de 'Period. End of Sentence', Raya Zehtabchi y Melissa Berton, un corto de Netflix ganador del Oscar al mejor cortometraje documental que cuenta la revolución pacífica de las mujeres de un pueblo de India que luchan contra el estigma de la menstruación.

Lady Gaga y Bradley Cooper.
Lady Gaga y Bradley Cooper. Reuters

Cómo estaría de aburrida la veloz ceremonia que el momento más emocionante llegó con la actuación de Bradley Cooper y Lady Gaga, que bordaron su interpretación de 'Shallow', el tema de 'Ha nacido una estrella' que recibió como estaba cantado el Oscar a la mejor canción: «Si tienes un sueño, lucha por el», animó llorosa la cantante. El único español en los premios, Rodrigo Sorogoyen, cayó en el apartado de cortometraje de ficción, donde competía con 'Madre', ante 'Skin', la crónica biográfica de un supremacista que se aparta del odio y la violencia.

Spike Lee se abraza a Samuel L. Jackson.
Spike Lee se abraza a Samuel L. Jackson. Reuters

Por su parte, Samuel L. Jackson se volvió loco al anunciar el Oscar al mejor guion adaptado para Spike Lee por 'Infiltrado en el KKKlan', el segundo que recibe tras el honorífico de 2016. El combativo cineasta pronunció el discurso más incendiario de la noche. Recordó el genocidio del pueblo negro, a sus antepasados esclavos y llamó a estar «en el lado correcto de la Historia» en las próximas elecciones, que están a la vuelta de la esquina: «Hagamos lo correcto entre el odio y el amor». A estas alturas, Trump ya debía de haber apagado el televisor.

El venezolano Gustavo Dudamel dirigió a la Filarmónica de Los Ángeles en el 'In Memoriam', el recordatorio de los cineastas fallecidos en el último año, donde apareció Yvonne Blake, presidenta de la Academia del Cine española y oscarizada diseñadora de vestuario. Aunque parezca increíble, al genial Stanley Donen, que falleció el pasado sábado, no les dio tiempo a incluirlo.

Rami Malek, con el Oscar al mejor actor.
Rami Malek, con el Oscar al mejor actor. Reuters

Barbra Streisand también disparó sobre Trump -«la verdad es algo muy valioso hoy en día», reclamó- antes de dar paso al Oscar al mejor actor protagonista, que fue para el favorito, Rami Malek, estadounidense de origen egipcio de 37 años que se transforma en Freddie Mercury en 'Bohemian Rhapsody', «una película sobre un emigrante gay que vive su historia». «Yo mismo soy un emigrante que vino a Estados Unidos», recordó. La mejor actriz fue la británica Olivia Colman por dar vida a la reina Ana Estuardo en 'La favorita', del griego Yorgos Lanthimos, y que también es Isabel II en la serie 'The Crown'. Fue una de las escasas sorpresas de la noche y la única estatuilla para este negrísimo drama sobre las relaciones de poder y dominación entre tres mujeres en la Inglaterra del siglo XVIII. «Yo trabajaba de limpiadora, y me encantaba ese trabajo, porque imaginaba todo el tiempo que ganaba premios», descubrió la actriz, que arrebató a Glenn Close un galardón para el que era favorita tras siete nominaciones.

Olivia Colman, con el Oscar a la mejor actriz.
Olivia Colman, con el Oscar a la mejor actriz. Reuters

Un mexicano, Guillermo del Toro, anuncio el Oscar al mejor director: «Este nombre lo sé pronunciar», bromeó. Alfonso Cuarón recogió de manos de su cuate su tercera estatuilla. «Doy gracias a la Academia por premiar una película sobre una mujer indígena, un personaje tradicionalmente marginado, en un momento donde se nos anima a mirar para otro lado». Y, al fin, habló en español: «Muchas gracias, México». El dilema si el Oscar a la mejor película iba a ser para 'Green Book' o 'Roma' se resolvió de la mano de Julia Roberts. Tal como le sucedió el año de 'Gravity', en el que fue mejor director pero 'Doce años de esclavitud' se llevó el Oscar a mejor película, 'Green Book' se erigió en ganadora y aplazó el debate sobre si Netflix y las plataformas de internet han llegado para cambiar la faz de Hollywood para siempre.

Alfonso Cuarón, con el Oscar a mejor director.
Alfonso Cuarón, con el Oscar a mejor director. Reuters

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