Almodóvar y Málaga: historia de una reconciliación pendiente
La celebración de los Goya servirá para acercar a la ciudad al director manchego, que nunca ha pisado el Festival de Cine, y limar asperezas con la Academia, de la que llegó a darse de baja «por su histórica falta de generosidad»
Hace ahora treinta años, en los Goya de 1990, Pedro Almodóvar y Carmen Maura volvieron a verse después de meses de enfrentamientos personales y profesionales. ... Su relación había comenzado a resquebrajarse durante el rodaje de 'Mujeres al borde de un ataque de nervios' y terminó de estallar en Estados Unidos, hasta el punto de que ambos entraron por separado a la ceremonia de los Oscar, galardón al que la genial comedia aspiraba en categoría de mejor película extranjera. Él ya tenía fama de ser un director exigente hasta la crueldad con sus actrices. Ella había desarrollado un carácter a la altura de su talento. Colisionaron como trenes. Cuando se celebró aquella edición de los Goya, la distancia parecía insalvable pero no podían evitar el reencuentro: Maura era la presentadora de la gala y Almodóvar tenía que subir al escenario para entregar un premio.
El realizador manchego sorprendió a todos y, ante el gesto entre nervioso e incrédulo de su intérprete favorita, su antigua amiga reconvertida en rival pública, le rindió un homenaje inesperado: «Es la primera noche que nos encontramos desde Los Ángeles y quiero aprovechar para decir que me he acordado de ti en Berlín, donde estuvimos juntos hace tres años con 'La ley del deseo'. Te traigo como regalo un trozo de muro. Tómalo como sugerencia de que si un muro tan espantoso e irracional como el de Berlín ha caído, éste que nos separa a ti y a mí puede también caer de un momento a otro». La actriz se echó las manos a la cabeza. Ambos salieron de sus atriles, situados en esquinas opuestas, para darse un abrazo en medio de la ovación del público. No fue más que un espejismo. Los reproches mutuos no han cesado desde entonces, con treguas excepcionales como su regreso como pareja artística en 'Volver', la única película que han rodado juntos desde los movidos años ochenta.
Más inofensivo, pero igual de resistente, parece el muro que separa a Almodóvar de Málaga. El director manchego nunca ha puesto un pie en el Festival de Cine pese a que desde su inauguración, en 1998, ha estrenado nueve películas. Parece comprensible que decline competir en la sección oficial, sobre todo cuando tiene las puertas abiertas de San Sebastián y Cannes. El certamen malagueño se ha especializado en realizadores noveles y disparates producidos por sus patrocinadores y Almodóvar juega en otra liga, pero tampoco ha aceptado homenajes, retrospectivas o encuentros con el público. Especialmente doloroso para la organización resultó el último desaire, sufrido el año pasado, cuando inauguró 'Dolor y gloria' en pleno festival y programó varias proyecciones previas, ninguna en Málaga. Hasta los intentos de Antonio Banderas, protagonista de la cinta, cayeron en saco roto. El manchego no quiso ni oír hablar de Málaga.
No era la primera vez que un estreno de Almodóvar coincidía con el festival. Ya ocurrió con 'Volver', su mayor taquillazo, que llegó a las salas de cine una semana antes del inicio del certamen malagueño en 2006, con el que tampoco tuvo ningún guiño. Pero el tiempo ha demostrado que los desplantes nada tienen que ver con la ciudad, sino con el rumbo tomado por el festival; cuando Banderas inauguró su Teatro del Soho, en noviembre, el director malagueño fue uno de los amigos que acudieron al acto, superando su conocida fobia a los photocalls y las multitudes. «Ha sido una gran noche para Málaga y para Antonio. Por eso estoy aquí. Me he emocionado», explicó el director a la salida del teatro.
La celebración de los Goya en Málaga terminará de acercar a la ciudad al manchego, que con 'Dolor y gloria' ha cosechado dieciséis nominaciones, entre ellas las de mejor película, dirección y guión original. También Banderas y Penélope Cruz aspiran a levantar el galardón como mejores protagonistas. Almodóvar acudirá a la gala, pero sus relaciones con la Academia nunca han sido idílicas. Las diferecias se remontan a 1987, cuando 'La ley del deseo' no fue nominada en ninguna categoría, desprecio redimido con 'Mujeres al borde de un ataque de nervios' pero avivado con los 13 Goyas conseguidos por '¡Ay, Carmela!', de Carlos Saura, frente al marcador en blanco de 'Átame'. Ambas contaban con quince nominaciones. Para añadir leña al fuego, la película de Saura estaba protagonizada por Carmen Maura.
Más de una década estuvo la Academia sin premiar a Almodóvar, hasta que el manchego ganó el premio a la mejor dirección por 'Todo sobre mi madre'. Pero dos años después los puentes volvieron a romperse. 'Hable con ella' tuvo que soportar un duro correctivo en beneficio de 'Los lunes al sol', elegida para aspirar a representar a España en los Oscar en categoría de mejor película de habla no inglesa, objetivo que la propuesta de Fernando León no consiguió. Meses después, Hollywood dejó en evidencia a los académicos nominando a Almodóvar a la estatuilla como mejor director y otorgándole el premio al mejor guión. Tampoco 'La mala educación', para cuyo rodaje estuvo buscando localizaciones en Málaga, recibió ninguno de los cuatro Goyas a los que optaba en la edición en la que Alejandro Amenábar arrasó con 'Mar adentro'.
Pedro y su hermano Agustín se dieron de baja en la Academia «por su histórica falta de generosidad». Los cinco Goyas de 'Volver' enmendaron en parte esos errores, pero por entonces la brecha ya era enorme: el director manchego ni siquiera asistió a la gala. En 2010, con Álex de la Iglesia como presidente de la Academia, Almodóvar apareció por sorpresa para entregar el galardón a la mejor película. Era el tímido inicio de una reconciliación que puede sellarse en Málaga.
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