La poesía, la «clave» para descifrar toda la obra de Manuel Alcántara
La académica de la RAE Carme Riera, el editor Ignacio F. Garmendia, el poeta Ben Clark y el novelista Pablo Aranda cierran el VII Congreso Internacional de Periodismo de la Fundación Alcántara
Para el final se guardó ese Manuel Alcántara que llevaba dos días citándose insistentemente en el VII Congreso Internacional de Periodismo: el poeta. Porque la ... obra lírica del autor malagueño no solo se expresó a través del verso, sino también en su prosa de cada día. De retratar su perfil más literario se encargaron la académica de la RAE Carme Riera, el editor Ignacio F. Garmendia y el poeta Ben Clark que, moderados por el director de la Fundación Alcántara y novelista, Pablo Aranda, participaron en la última mesa redonda que cerró la jornada y este encuentro. Un coloquio a tres bandas que dejó claro que la personalidad poética fue la que se impuso en su obra, pese al silencio editorial de dos décadas desde mediados de los 60 a los 80.
«Lo que hizo Alcántara es dar con la clave de un lenguaje poético personal que lo aplicó tanto a la poesía como a la prosa», aseguró Riera, que leyó uno de sus versos preferidos del autor, 'Biografía', en el que la escritora ve la sombra de Machado y que planteaba los grandes temas de la obra del malagueño: el paso del tiempo, el existencialismo, la propia poesía, la niñez... «Lo mejor del recuerdo es el olvido», arranca este poema con el que la escritora y académica ilustró la capacidad del autor para jugar con las palabras y los sentidos para «quebrar la expectativa del lector». Un elemento que también distinguían sus columnas.
Por su parte, Ben Clark quiso poner el acento en el «tono falsamente coloquial y sencillo» de la poesía de Alcántara, porque tras el «trabajo de acercar la poesía al lenguaje coloquial, después le daba la vuelta para convertirla en alta poesía». Un camino en el que el maestro Alcántara se desprendía de cualquier «artificio». Por eso, pese a las décadas transcurridas desde su publicación, Clark no dudó en calificar sus versos de «muy contemporáneos».
Por último, el editor Ignacio Garmendia aludió a la «música» de los poemas del malagueño, que también se distinguían por un existencialismo «dubitativo» mezclado con «ironía y humor». «Es una poesía que mueve las caderas», definió con acierto metafórico el experto.
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