Pet Shop Boys en Starlite: en la eucaristía del pop
El dúo británico celebra en Marbella cuatro décadas de producciones refinadas y se marca un espectáculo apuntalado en unos visuales de primer nivel
La música también puede ser un mal hábito, como morderse las uñas. Hay que dejarlo mientras se puede. Si no, de repente, es 2025 y ... te encuentras en un concierto de los Pet Shop Boys. Encima, en Starlite. La expectación se siente y los nervios empiezan a florecer. Centellean las primeras luces. Dos farolas dibujan finos hilos lumínicos y luego trazan dos grandes círculos que revelan a Neil Tennant y Chris Lowe. Buenas noches, damas y caballeros. Los Pet Shop Boys están aquí. Menos mal. El hábito, si es que alguna vez ha sido malo, ahora parece divino.
Envueltos en unos trajes futuristas, luciendo unas máscaras llamativas que son cornamenta a la vez, no dudan un momento y abren la caja mágica donde se guardan las mejores esencias del pop de las últimas cuatro décadas. Empieza a intuirse 'Suburbia' y una sensación instantánea de atemporalidad se abre camino. Un estado que se iba extender al resto del concierto. ¿Por qué? Por favor, continúe leyendo si le apetece.
Neil Tennant sigue teniendo una de las voces más incomparables del pop. Ni hombre ni mujer, a la vez que altiva y distanciada, como quien mira un poco por encima de los hombros. Un espejismo. Porque la cercanía con el público, monólogos incluidos para explicar el origen de algunas canciones, es una constante. Los 'hits' de Pet Shop Boys, como 'West End Girls', 'Can you forgive her' o 'It's a Sin' mantienen el calificativo de irresistible.
Vale. Tennant y Lowe, compañeros del alma, siempre han sido seres en los que el paso del tiempo parecía relativo. Artistas que han contado con estrategias de imagen refinadas y diseñadores gráficos que imponían su ley con puño de hierro. Pero no importa que ahora tengan poco pelo y arrugas. Para las fotos promocionales está photoshop. Para el vivo y en directo, conciertos como el de este miércoles, que se convierten en prueba irrefutable.
Los Pet Shop Boys nunca aburren tocando temáticas intrascendentes o enredan con líos románticos. Tampoco presumen de su excelente gusto artístico. Van a lo suyo y ya está. Como lo hicieron de nuevo en Marbella, en una parada de su gira 'Dreamworld: The Greatest Hits'. Es muy probable que se haya visto ya en todas las grandes capitales del mundo. Es igual de improbable que haya contado con un marco como el que brinda Starlite. Las montañas de granito en cliché de atlante y, al mismo tiempo, funcionando de caja de resonancia para un sonido que fue limpio como un nacimiento de agua.
En la cantera de Nagüelles quedaba cada vez menos público que no estaba de pie. Mención aparte merecen los visuales. Siempre han estado al mismo nivel que el apartado sonoro. Los vídeos, el trabajo escénico y el espectáculo siempre son elementos fundamentales para Pet Shop Boys. En Marbella, dejaron claro que son más Andy Warhol de lo que Velvet Underground lo fueron jamás.
Nunca aburridos
Por ello, el espectáculo que ofrecen nunca parece anticuado. Ni siquiera en 2025. A destacar, la versión del 'What have I done to deserve this', que Neil Tennant interpreta mano a mano con Clare Uchima.
Un concierto de Pet Shop Boys contiene vicios suficientes para siete vidas, es una colección de canciones que te recuerdan a momentos de euforia, a sexo en un ambiente urbano, es un día en el jacuzzi cuando deberías haber estado en el dentista, dos azúcares extra en el café. Pero en la eucaristía del pop, al menos así se presupone, los pecados se perdonan.
En su amplio mosaico de 'hits', se echa de menos 'Go West'. El cierre llega con el tema que lleva por titulo 'Being Boring'. Pero eso nunca lo son los Pet Shop Boys. Nunca aburridos.
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