OXO, un museo para preservar la historia del videojuego, abre en Madrid

Tiene sentido, pues, que el primer Museo del Videojuego de España, que abrió sus puertas en Málaga a principios del pasado año, tomara sus siglas. Unas cruces y unos círculos que también servirán de nombre para la sede madrileña del recinto museístico, que este jueves abre sus puertas en el centro de la capital.

Contaba este lunes Santiago Bustamante, responsable de 'Fallo de sistema', el programa de cultura y tecnología de Radio 3 y director cultural de OXO, que de un tiempo a esta parte los videojuegos protagonizan una «revolución silenciosa», conquistando espacios que antes estaban íntegramente dedicados a «la mal llamada alta cultura». «Nosotros -continuaba- somos como Indiana Jones, que veía una cruz y decía: 'Eso tiene que estar en un museo'. Nosotros vemos la Oddysey, a Lara Croft, 'Halo' o el 'Zelda' y pensamos lo mismo».

Y ese museo está, precisamente, en pleno Callao, en el emblemático edificio que antes albergaba la librería La Central (21 euros la entrada). Con más de 1.600 metros cuadrados, el inmueble acoge en su primera planta la exposición permanente, un rincón dedicado a narrar los setenta años de historia de un medio joven, profundamente ligado a los avances tecnológicos, que ha dejado una huella en la cultura popular y el arte y que se ha convertido en una forma de entretenimiento para millones de jugadores.

Paneles explicativos desgranan la historia de los videojuegos, sus creadores, los sistemas que los alojaron y sus vínculos con la cultura, junto a las máquinas preparadas para que cualquiera pueda echar una partida solo o en compañía. Desde un rincón dedicado a Ralph Baer, el padre de los videojuegos, responsable de aquellas primeras máquinas que se conectaban a los televisores por la antena y que alojaban en su interior distintas versiones del juego de las palas y la pelotita, hasta los distintos sistemas de almacenamiento -el cartucho, el casete, el disquete o el CD-Rom-, la irrupción de las tres dimensiones, internet, los dispositivos móviles -hay un juego de la serpiente del Nokia gigante disponible para jugar- o la realidad virtual.

Ahí están los espacios dedicados a la Odyssey, la primera consola de la historia con cartuchos de juegos intercambiables; Atari, compañía responsable de la archifamosa Atari 2600, los ordenadores de 8 bits -Spectrum, Amstrad, Commodore y MSX-, sistemas estos últimos a través de los cuales miles de personas en nuestro país se introdujeron en el mundillo del ocio electrónico en los ochenta o la llegada del ordenador personal como poderosa máquina de juegos, con un espacio dedicado a ID Software y su ya mítico 'Doom'.

Alterna OXO sus consolas y ordenadores con un rincón que convierte el museo en todo un salón recreativo con máquinas como 'Tetris', 'Pac-Man', 'Street Fighter II Champion Edition' u 'Out Run', pero sobre todo deja un amplio a las grandes compañías del sector: Nintendo, Microsoft y Sony. De la primera, encontramos desde la Nes, con títulos como el mítico 'Super Mario Bros.', hasta la GameCube, pasando por sus exitosas portátiles, con GameBoy a la cabeza, o por sistemas fracasados como la Virtual Boy. Por haber, hay incluso un apartado dedicado a la cruenta guerra de consolas que libraron la Super Nintendo y la Mega Drive de Sega.

De la última, el museo goza de distintos modelos de PlayStation pero es que en la segunda planta, dedicada fundamentalmente a las exposiciones temporales, se ha abierto una muestra que repasará hasta el 14 de septiembre de 2025 el legado de la mítica consola de Sony en un homenaje a los 30 años que lleva la marca entre nosotros. Títulos como 'Crash Bandicoot', 'Silent Hill', 'Metar Gear Solid', 'Tomb Raider', 'Uncharted' o el más reciente 'Astro Bot' están disponibles para todos aquellos que quieran dejarse caer por una exhibición que cuenta con un pad de PlayStation, a tamaño gigante, para jugar con el mítico 'Tony Hawk'.

Pero el papel de OXO, cuya entrada cuesta 21 euros, parece no acabar aquí. Bustamante asegura que el recinto «aspira a ser un museo vivo, una institución cultural que organice todo tipo de charlas y actividades».