Una 'Aida' «icónica» en el Teatro Cervantes: escenografía de Zeffirelli y voz de Carlos Álvarez

Con dirección musical de Óliver Díaz y escénica de Vivien Hewitt, esta 'Aida' trae a Málaga el intimista e impactante diseño escenográfico que preparó Zeffirelli en 2001 para un pequeño teatro de Busseto, tierra natal de Giuseppe Verdi. Una puesta en escena que se convirtió rápidamente en una referencia para las adaptaciones de 'Aida' y que saltó a grandes escenarios del mundo. «Es una de las cosas más bellas que él ha inventado», asegura Hewitt.

Belleza a la que contribuye el vestuario firmado por Anna Anni -nominada al Oscar por 'Otello'- en la recta final de su carrera con sedas crudas, cueros estampados, aplicaciones metálicas, drapeados y volantes. «Tejidos magníficos y naturales, imposible de crear hoy en día», dice Hewitt. Su dirección escénica aporta un plus de grandiosidad a la ópera al trasladar la escenografía de Zeffirelli a un espacio más amplio para el que fue concebido, siendo en todo momento «lo más fiel posible al texto y a la música de Verdi».

Frente a ella, un «elenco de absoluta primera línea internacional» -como lo define el director musical- revivirá la trágica historia de amor entre una princesa etíope y un comandante egipcio en la tierra de los faraones. La sevillana Rocío Ignacio debuta en el rol de la princesa 'Aida'. «Palabras mayores», apunta la soprano, que siente que este título será un «punto de inflexión» en su carrera. De nuevo, le da la alternativa Carlos Álvarez, que repite como uno de los mejores barítonos verdianos en el papel de 'Amonasro', el padre de 'Aida'. El tenor Jorge de León, por su parte, dará vida a su enamorado 'Radamès' en la obra que, probablemente, más veces ha interpretado a lo largo y ancho del mundo.

Y esa es una de las virtudes de este montaje, la oportunidad de demostrar que lo que estos artistas son capaces de hacer «por ahí fuera» lo pueden reproducir «aquí». Los tres son nombres ya muy conocidos en el Cervantes, un teatro que sienten como su casa, pero además son grandes amigos entre ellos. «Y eso trascenderá al público cuando vea nuestro trabajo», vaticina Álvarez. A ellos, se une la mezzo-soprano rusa Olesya Petrova en el papel de 'Amneris', la hija del Faraón también enamorada de 'Radamès', «muy feliz» de estar en un «lugar nuevo» con «compañeros nuevos» con los que ha encajado a la perfección. También en esta 'Aida' debuta como solista en el Teatro Cervantes el tenor malagueño Francisco Arbós.

Desde el punto de vista musical, 'Aida' supuso un salto de modernidad para Verdi. "Al final fue reconocido como un modernista pero las nuevas generaciones le tildaban de conservador. Aquí demuestra su maestría a todos los niveles", destaca Óliver Díaz. Resalta la "exigencia técnica tremenda" de la composición, con una escritura absolutamente novedosa para la época, con la utilización de leitmotiv "muy marcados" para cada uno de los personajes, algo inusual en ese momento.

Para Vivien Hewitt, se trata de una "ópera inusual". "La primera mitad de es un gran espectáculo con mucho movimiento, con una gran masa de gente que tiene que moverse en la escena; para después sumirnos en el silencio nocturno", relata. Una ópera "intimista" que aborda conflictos vigentes hoy en día, recuerda. Y Carlos Álvarez lo suscribe: "El mundo de la ópera sigue estando de plena actualidad porque el ser humano no ha cambiado en cuanto a emociones y a la forma de afrontar la rivalidad y la resolución de problemas".