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En Spotify puedes escuchar a infinidad de artistas. Reuters
La vida sin Spotify
Flashback

La vida sin Spotify

La aplicación de música en 'streaming' más usada del universo tiene suficiente información sobre nosotros como para darnos un susto

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Sábado, 7 de diciembre 2019, 00:22

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Esta semana, todos los usuarios de la plataforma musical líder del mundo han recibido en su teléfono o en su ordenador el resumen de lo escuchado durante todo 2019. No solo eso, Spotify ha decidido además informar de la música más escuchada de toda la década, suponiendo que la década comienza cuando parece que comienza, hace diez puñeteros años. La aplicación de música en 'streaming' más usada del universo tiene suficiente información sobre nosotros como para darnos un susto y enseñarnos lo que cada uno somos.

De hecho, para algunos ha sido todo un descubrimiento, una psicoterapia que tiene como fin averiguar qué tipo de almohada te gusta. Para mí, fue toda una revelación. Al parecer, mi artista de la década, una de las entidades más importantes de estos últimos diez años, ha sido Lana del Rey. Y, la verdad, no me extraña. Me he estado machacando sus discos prácticamente desde la primer canción que escuché de ella y considero que es la artista, no ya de una década que es mía, sino de la de todo el mundo.

Spotify también te enseña el resumen de la música que has escuchado en todo el año. Esto lo lleva haciendo desde el principio. Yo soy usuario antiguo. Como quien descubrió la función de grabar en las cintas, como quien entendió de una vez que la fugacidad de la radio podía amaestrarse, soy una de esas personas que pueden decir que Spotify les cambió la vida. He dejado de comprar cedés, vinilos y cualquier soporte musical físico, lo cual no sé si es bueno o si es malo. El caso es que tengo los discos metidos en cajas dentro de un armario que nunca abro. Si quiero poner una canción de Los Planetas, me resulta mucho más sencillo utilizar el ordenador y buscarla antes que abrir el armario, coger la caja, buscar el disco correspondiente a la canción que quiero escuchar y ponerla en el equipo de música, que lo más probable es que no funcione, que dé tirones, o algo parecido.

Yo le debo mucho esta aplicación. Hay gente que me cuenta que hace un par de décadas la gente se pirraba por ir a las casas de otros que sí podían conseguir discos porque viajaban o porque tenían contactos. Antes tenías que tener dinero y estar en el momento justo y en el lugar adecuado si querías ser de los primeros que escucharan, por ejemplo, el último disco de Michael Jackson. Hoy, si quieres tener cerca lo último de Daft Punk o de Leonard Cohen o de cualquier otro artista vivo o muerto, solo necesitas tener una conexión a internet, unos altavoces y muchas ganas.

Spotify sabe más de ti que tu pareja, más de ti que tu mejor amigo, y más de ti que tú mismo. La lista de recomendaciones adaptadas a tu gusto que te lanza cada semana es oro puro. A veces abruma su capacidad de selección y la manera tan sublime que tiene de acertar. Otras veces se equivoca, claro que sí. Hace tiempo descubrí la selección de 'Sesión privada'. Esta opción permite que no se publique la música que escuchas, que no lo sepa nadie. Te da espacio a la intimidad y a los placeres culpables, y a mí me ha sido de particular utilidad cuando este periódico, casi siempre por petición propia, me ha enviado a cubrir conciertos de gente dispar como Maluma o Sting, indistintamente. Escuchamos sonidos que nos gustan y no queremos que se sepa.

Este año, al parecer, he escuchado a más de 500 grupos nuevos. He reproducido música durante más de 30.000 minutos al año. Esto suponen 2.500 horas al mes o, lo que es lo mismo, ochenta y tres minutos al día escuchando música. A veces también vuelvo a la música que me acompañó hace diez o quince años. A este programa informático también le debo la inigualable sensación de libertad de poder elegir lo que escucho. Desde una ciudad que no deja de ser una capital de provincias puedo seguir el hilo musical de la actualidad. Puedo enviarte una canción. Que la escuches y que la sientas. El sonido emerge siempre en su estado más puro, y no hay nada que pueda superar la ocasión de escuchar una nueva canción contigo.

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