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Josele

La penúltima resurrección de María Jiménez

Junto a un Pitingo más flamenco y místico que nunca, la artista firma su vuelta a los escenarios con una actuación memorable en la que dejó claro que nada se acabó

Domingo, 9 de agosto 2020, 02:00

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«Evidentemente no estaba muerta, estaba de cachondeo». Son las palabras con las que María Jiménez recibió a los medios de comunicación después de salir ... del hospital tras pasar tres meses en coma. Y evidentemente, decía la verdad. Lo demostró anoche en su vuelta a los escenarios tras su penúltima bajada a los infiernos y posterior resurrección. Porque cada uno canta como vive y la Jiménez, para bien o para mal, ha vivido siempre con todo. La cantera de Starlite se caía en aplausos y vítores ante la aparición mariana, esta vez en silla de ruedas y con un brillo en los ojos del que no se opera . «Esto es como si fuera un cumpleaños mío, señoras y señores», se presentó. Sin 'Rencones' (por Soleá) y a corazón abierto inició María el recital que la consagra como artista descomunal y ser estratosférico. En este primer pase le ofreció un capote su amiga y hermana Remedios Amaya -luego llegaría Raimundo Amador-. Tiró de vísceras la Jiménez y no le hicieron falta los juegos de piernas ni las patadas por bulerías que le llenaron la cartera de admiradores en los ochenta. La seducción es cosa de la mística. Se vació la artista y, como se suele decir en los círculos flamencos, la formó. No hay virus -o «microvirus», como dijo- ni mal que no sepa pelear a golpe de alegría la sevillana, que anoche le gritó a la vida que aquí nada se acabó.

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