Nueva canción bailable de Pablo Alborán: ¿punto de inflexión o más de lo mismo?
Crítica ·
El cantautor malagueño estrena 'Carretera y manta', su single más marchoso y con ritmo de reguetón, que ha dividido a sus fansEl reguetón acompaña a la voz de Pablo Alborán en su último single, 'Carretera y manta', que lanzó el pasado viernes y que ha provocado ... un intenso debate entre los fans que quieren que vuelva «el verdadero Pablo» y quienes celebran este último tema con un golpe de caderas; seguramente, este sea el destino último de esta canción que ha sido producida por el cantante desde su estudio doméstico, y que es el resultado de introducir en la batidora de su cocina ingredientes de moda, reproduciendo sin mayores misterios algo de música disco, graves de funk que recuerdan a The Weeknd, toques tropicales, un rasgueo de guitarras tipo Chic y la presencia esencial de los ritmos latinos que están dominando el mundo, empleados aquí de forma sutil (tampoco esperen una canción de Don Omar), y con una distorsión que podría haber usado la misma Rosalía. Todo este batiburrillo cabe en la composición más corta en la carrera del artista (poco menos de dos minutos y medio, otro recurso de moda) y en la que entra, sin necesidad de forzarla, una melodía que el cantante compuso cuando tenía 12 años. El producto final pretende ser refrescante y desenfadado; aunque no parece que Alborán pretenda convertirse en el sustituto de Georgie Dann este verano, ni falta que le hace.
El mejor cantante melódico que tenemos en nuestro país es consciente de que el mercado internacional no se conquista a golpe de baladas, materia en la que él es líder indiscutible. Ya en 'Vértigo', su último disco, publicado en 2020, Alborán se permitió experimentar en lo musical, con más o menos acierto según el caso, pero con alguna propuesta más que digna. El álbum llegó a número uno en las listas de ventas de España (es el artista que más vendió en la década pasada) aunque sus sencillos no registraron los números de sus anteriores trabajos. En sus 10 canciones más reproducidas en Spotify, hay que trasladarse al último puesto para encontrar una canción de este último disco. El malagueño, por lo tanto, asume el estimable reto de atraer a nuevos públicos y doblegar su propio canon sin defraudar a su numeroso ejército de seguidores.
No aptas para diabéticos
Hay que valorar que el autor de 'Prometo' proponga un cambio de registro y reincida en el coqueteo con otros estilos, aunque sus letras siguen resultando tan empalagosas como de costumbre. En 'Carretera y manta', no hay ni una sola estrofa que no sea capaz de protagonizar una taza de Mr. Wonderful. La luna se acuesta y el sol siempre brilla. Me río de mí, contigo salto las reglas. Ya no freno el corazón, además de otros símiles relacionados con la mecánica, o el arrebatador concepto de 'amigos medicina', término espinoso, a quienes está dedicada esta canción. En su lírica, Pablo Alborán suele jugar con ambigüedades y nos revela poco o nada de sí mismo, machaca el empleo de la segunda persona para hablar de amor, un recurso del que abusa desde su primera canción, 'Solamente tú', con temáticas que se debaten entre el romanticismo, la ruptura y la autoayuda, sin que tengamos claro si las canciones están escritas con el corazón o con un diccionario de rimas. Estas circunstancias no han evitado que sus composiciones hayan cautivado a millones de fans, aunque no tanto a la crítica especializada.
Para valorar si estamos ante un verdadero viraje artístico o a un mero divertimento habrá que esperar a su sexto disco de estudio, otra oportunidad para demostrar su capacidad de superación, fijar su estilo, darnos más de lo que tiene dentro y asumir un último desafío: abandonar la costumbre, acaso heredada de Julio Iglesias, de mirar siempre al mismo lado en las portadas de sus discos.
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