La malagueña Jade Zafra, la bailarina de la espada en lo nuevo de Pablo López

El malagueño del piano combina esta vez las teclas con bases electrónicas para hablar de un amor que se aleja porque duele, que duda de sí mismo. Una historia a la que pone imagen el baile de Jade Zafra con la espada. «Quería contar cómo se vive del otro lado. Cuando estás en medio de una tormenta emocional y luchas por esa persona que quieres, sabes que lo que te hace daño es su propio sufrimiento. Es una espada de doble filo, lucha y dolor. No tengo miedo a cortarme con ella pero a la vez me rompe por dentro. Es una historia con mucho tormento pero mucha profundidad de amor», argumenta la artista, nacida en Granada pero criada y formada en Málaga.

Mario Ruiz, director del videoclip, la fichó tras verla bailar con la espada en un vídeo de Instagram (@jade_zafra). La artista crea un lenguaje propio fusionando la precisión y la técnica de las artes marciales con la libertad y la creatividad del movimiento escénico. «Cuando creo estas piezas salen a la vez mi artista marcial, mi bailarina y mi actriz (...) Ha llegado un punto en el que mi cuerpo habla por sí solo usando todos los idiomas que sabe», dice Jade. Tras graduarse en Artes Escénicas en ESAEM, la joven se sumergió en el mundo del Kung Fu de la mano del maestro Dani Galindo. A partir de esa formación, ha sido medalla de oro y plata de esta disciplina en varios campeonatos de España y ha orientado su carrera como actriz de acción especialista en artes marciales.

Jade Zafra despliega su coreografía a lo largo de toda la pieza visual en blanco y negro que firma la productora Krea Films, con dirección de fotografía de David Cortázar, candidato durante varios años a los premios Goya. «Pablo López es un fuera de serie, cuando se arrancaba a cantar la canción en plató se nos ponían los pelos de punta. Se nota que hay mucha emoción detrás de esta obra y es algo que llega al corazón», explica la joven, que en el videoclip lleva tatuado en su espalda el colibrí, el mismo ave que el cantante luce en su cuerpo en la vida real. Es un símbolo de renovación, un guiño al giro musical del también 'coach' de 'La Voz'.

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