El Kanka le canta a su Málaga en un concierto muy íntimo

Con este tema tan representativo y que es imposible no tararear y esbozar una sonrisa cuando escuchamos su melodía, comenzaba este artista malagueño tan querido por su público. Aunque se le olvidó la cejilla en casa, apenas se notó que no había «ensayado» los temas: «Llevo cinco meses sin dar un concierto, exceptuando un mini concierto que di hace una semana», confesó Juan Gómez, advirtiendo que para éste en el patio del Museo Tyssen no quiso ensayar porque al final le sale mucho más natural. Desde luego estuvo en lo cierto. A los pocos segundos de comenzar ya tenía al público dentro de sus bolsillos del pantalón vaquero. Ojos ilusionados, mirada al frente, risas e inevitables movimientos de pies con cada tema. Éste era el panorama general entre los 85 afortunados (entre patio y primera planta) que pudieron disfrutar de este encuentro musical tan íntimo que ha organizado la pinacoteca y que se extenderá durante todo el mes de julio con la presencia de El Lere, La Shica y Dry Martina.

Bajo el título 'Música en el patio', El Kanka se enfrentó a sus «boquerones y boqueronas» a guitarra y voz, feliz, emocionado, profundo y casi como en casa. «Nos sentimos muy afortunadas de poder verle cuando hay tan poca gente. Aunque se echa de menos estar todo el mundo de pie, cantando y bailando. Se pierde eso de esperar de pie y conocer gente», comentó Leonor Cervantes, sentada muy cerquita del pequeño escenario junto a sus amigas Carmen Nuño y Lucía Merino. Y no era para menos ese sentimiento de fortuna; sólo unos pocos pudieron disfrutar de un concierto de estas características en un entorno de arte y cultura, respetando, como ya sabemos, la distancia de seguridad entre los asistentes.

Lourdes Moreno, directora artística del Museo Carmen Thyssen, presentó al artista recordando que «los museos son lugares de encuentros y de disciplinas artísticas», por lo que este tipo de conciertos le dan riqueza y especialidad a un verano atípico sin grandes giras y públicos. Paco e Isabel, una pareja que acudió al concierto, confesaba que conocían a El Kanka desde que tocaba en la tetería El Harén. Puede que este encuentro les recordara a aquellos comienzos en ese pequeño espacio del Centro de Málaga, por la cercanía y porque el artista mantiene una esencia que le engrandece y le hace muy querido entre su público. Tan especial como sus canciones y tan único como estos conciertos al aire libre.