La espiritualidad reina en el Cervantes con los cinco elementos de Tete Leal
El malagueño estrena en el Festival de Jazz su primer álbum, un trabajo de tres años en el que le acompañan más de veinte músicos en escena
CRISTINA PINTO
Miércoles, 10 de noviembre 2021, 00:19
Se escucha al coro cantar mientras se abre el telón lentamente. Son las ocho de la tarde del martes 9 de noviembre en el Teatro ... Cervantes. Se ve el escenario al completo. Está lleno de gente. Pronto iba a estar lleno de música. Las luces rojas acompañan la fuerza del coro que canta. Pasan unos segundos y Tete Leal, que mira hacia el coro, se da la vuelta para tocar su saxo. Es el día del estreno de su primer álbum 'Five elements' y lo hace siendo el único músico malagueño dentro de la programación del Cervantes para el 35 Festival Internacional de Jazz.
El escenario es rojo porque es el fuego. Y pura espiritualidad. Al sonido del jazz se le suma la electrónica y a la electrónica el jazz. El coro es cómplice en esta escena. Más de veinte músicos sobre el escenario empiezan a hacer llegar al público el calor de ese fuego de la naturaleza. Se nota esa seña ancestral del canto al dios del Sol de la que hablaba Tete Leal hace unos días: «Escuché a un maya cantar y de ahí nació la primera parte».
Sobre las tablas ya están todos en armonía: el jazz, el coro y la electrónica. Las baterías de Adrián Jiménez y Juanma Nieto envuelven el escenario, cada uno desde un lado. Más pegado al coro está el contrabajo con Bori Albero. A su derecha, las manos de Toni Vaquer al teclado. En la mesa de mezclas lanza la electrónica Alejandro Lévar. En primera línea, cerca de Tete Leal está Julián Sánchez. Al fondo, dos filas de coro todos acorde y vestidos de negro para la ocasión. Son la voz de 'Five elements'. Son Cristina Risueño, Jennifer Rodríguez, Alejandra Melgar, Celia Lara, Ruth García, Victoria Ruiz, Beatriz González, Laura Lanza, José Javier Olmedo, Diego Francisco Morales, Álvaro Pérez, Miguel López, Rafael García, José Antonio Ariza, Francisco Javier Moreno, Pablo Antonio Fernández y Carlos Álvarez.
No tarda en llegar la tierra a este espectáculo de Tete Leal. El ritmo africano se nota nada más empezar con esta parte de la obra. La improvisación con la electrónica y la creación de los músicos juegan en el Cervantes. Un poco más tarde llega el aire y la música sopla con delicadeza el teatro malagueño. Este aire va de menos a más y acaba siendo una ráfaga que deja sin parpadear al público. Y llega el agua con los focos azules.
Pero todo es un poco más oscuro cuando se escuchan las primeras notas del órgano. Es ese final titánico del que hablaba Tete Leal. Se palpa la tensión creada por los músicos y sus instrumentos. Es el éter. El escenario está oscuro pero empieza a iluminarse. Se empieza a crear la vida sobre el escenario del Cervantes. Y se nota en la música. Todo va subiendo. Las voces del coro llegan al cielo. Termina la música. Se inicia un nuevo camino. Después del viaje por la naturaleza más espiritual y sus elementos fuego, tierra, aire y agua, está el éter. Y en el éter nace la vida. En la vida nace el trabajo que Tete Leal ha estado tres años creando. Acaba todo y, junto a todos los músicos, Tete Leal, entre palabras de agradecimiento, puntualiza: «Hoy es el punto de partida».
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