Daniel Barenboim: «La música no traerá la paz, comprender al otro quizá sí»

Vuelve Barenboim a España al frente la orquesta West-Eastern Divan, creada en 1999 junto al pensador palestino Edward Said y en la conviven jóvenes músicos árabes, israelíes y gazatíes. Con ella el director, pianista y premio Príncipe de Asturias de la Concordia trata de abonar la convivencia, convencido de que "entender al otro sí es el primer paso para la paz". Su sede está en Andalucía "el único sitio del mundo donde realmente árabes y judíos vivieron en paz" se felicita.

"La música es importantísima, aunque se deje de enseñar en las escuelas, pero no traerá la paz por sí misma" aclara en vísperas del concierto 'Música por la paz' que, de la mano de la Obra Social La Caixa, ofrecerá el sábado en el Auditorio Nacional, con piezas de Debussy, Ravel y Boulez. No quiere que el título del concierto ni su trabajo con la orquesta cree falsas ilusiones. Sin ocultar que es hoy "muy pesimista", reconoce que el conflicto en Oriente Medio "es cada vez más duro y más fuerte", que la música no lo aplacará y que es necesario buscar nuevas sendas para avanzar. "El contacto político no existe y la situación es mucho peor" admite.

Barenboim eludió pronunciar explícitamente el lema 'Je suis Charlie ' pero defendió la libertad de expresión "cuyo único límite es el buen gusto". "No entremos en este tema, porque es un muy complejo" dijo ante las preguntas sobre la masacre del semanario satírico ' Charlie Hebdo ' sin ocultar su incomodidad. "En primer lugar se trata de hablar de la libertad de prensa, la libertad de opinión, que es absolutamente esencial, y en el hecho que alguien que no esté de acuerdo con ella no tiene ningún derecho a ir a matar a otra gente: de eso no hay duda. Pero tenemos que ver cómo se desarrolla todo esto". "Lo más importante es que se tenga una idea clara de qué representa la libertad de prensa y pensamiento y cuáles son las consecuencias..." No cree, con todo, que se puedan extraer lecciones de convivencia tras los brutales asesinatos en París. "No podemos estar aceptando este tipo de violencia para aprender lecciones", plantea

Elogio al coraje del Papa

Elogió Barenboim el papel y el "gran coraje" del Papa Francisco "que en su visita a Tierra Santa dijo cosas nada agradables a los palestinos en Gaza y a los israelíes en Tel Aviv". "Luego invitó a Peres y Abbas a rezar en el Vaticano", un gesto "simbólico" pero muy valioso para él. "Sabemos que no irán a rezar, pero era la manera del Papa de decir que todo lo que se ha hecho hasta ahora no ha funcionado, que debemos buscar otros caminos, otros senderos que lleven a la comprensión de otro, que es la clave del entendimiento".

"Debemos tratar de comprender al otro, de escuchar y aceptar su relato" insiste Barenboim. "Este conflicto es un problema humano, no político. No es un conflicto entre dos naciones, y sí entre dos pueblos convencidos de tener el derecho a vivir en el mismo pedazo de tierra, y solo cuando se acepte a narración del otro llegar la solución".

El concepto clave la para Barenboim en la compasión "No podemos esperar simpatía de los israelíes hacia los palestinos, ni viceversa, pero compasión sí". "La simpatía es una emoción, pero la compasión es moral" arguye.

Fue muy crítico con las declaraciones del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien exhortó a los judíos franceses a emigrar a Israel. "Es, en esencia, una declaración antisemita que dice que los judíos son diferentes y da por hecho que los judíos no podemos vivir con otras personas con otra creencia o modo de pensar".

Criticó también la ausencia del presidente de Estados Unidos en la manifestación de sábado en París en la que buena parte de los líderes mundiales condenaron la barbarie terrorista. Para Barenboim es "inadmisible" un alto representante estadounidense. "Es una señal bastante clara del papel que juega hoy Estados Unidos en el mundo", dijo. "Hasta hace veinte años tenían autoridad moral gracias a lo que hicieron tras II Guerra Mundial" un crédito que "hoy han perdido".

'Música por la paz' se enmarca en la labor de la Obra Social La Caixa por la tolerancia y la interculturalidad. Con entradas entre 10 y 45 euros agotadas hace días, los 30.000 euros de recaudación del concierto se destinarán a La Rueca Asociación, que colabora en el Proyecto de Intervención Comunitaria Intercultural de la entidad en los barrios de Pueblo Nuevo, Concepción y San Pascual del Distrito de Ciudad Lineal de Madrid. Durante la presentación del concierto, se hizo efectiva la donación al director general de La Rueca Asociación Antonio Llorente.