Sin móvil
Cruce de Vías ·
A lo largo de estos dos últimos meses he comprobado que no estamos habituados a permanecer incomunicadosEl pasado mes de enero decidí comenzar el año dando de baja el teléfono móvil y seguir únicamente con el fijo. Esta decisión coincidió con ... un breve viaje que hice a Tánger. Fue maravilloso andar por la ciudad sin estar pendiente del teléfono y sin que ninguna llamada me interrumpiera el paseo. Al regresar quedé para almorzar con Diana. Nos habíamos citado al principio del Parque y la estuve esperando casi media hora, pero no se presentó. No recordaba el número de su móvil o sea que no la pude llamar, no sólo porque yo había despachado el mío sino porque tampoco encontré ninguna cabina pública. Desde entonces he tenido unos cuantos desencuentros. A lo largo de estos dos últimos meses he comprobado que no estamos habituados a permanecer incomunicados ni siquiera en el corto espacio de tiempo que transcurre entre salir de casa y llegar al lugar de la cita. Y también he descubierto que nos descuidamos a la hora de precisar el punto de encuentro. El otro día, por ejemplo, Diana estaba esperando en el principio del Parque pero por el lado opuesto al que yo me encontraba. Ayer quedé con Daniel en el aparcamiento de Plaza de la Marina y cada cual estaba en una entrada distinta. Al cabo de un rato de espera los dos sospechamos lo que había ocurrido y entonces fuimos al otro acceso pero tuvimos que cruzarnos por el camino sin darnos cuenta. Me siento mucho más libre y tranquilo desde que tomé la decisión de abandonar el móvil, como si hubiera roto una cadena que me tenía esposado. Probablemente pierda la oportunidad de algún trabajo o la visita de algún amigo que no recuerda que existen teléfonos fijos y visitas inesperadas que nos causan una grata sorpresa.
Hoy es el cumpleaños de Diana. Ella cumple cuarenta, aunque en realidad es su undécimo aniversario. Lo bueno de los que nacen en año bisiesto es que el tiempo pasa de forma mucho más lenta. Los que nacen el 29 de febrero no son mayores de edad aunque estén jubilados. Esta mañana la he llamado desde el fijo y hemos vuelto a quedar a las dos en el principio del Parque para ir de tapeo. Luego ella ha cambiado el lugar de la cita. 'Nos vemos justo debajo del reloj de la Plaza de la Constitución a las dos en punto.' Ahora voy para allá con la esperanza de que no haya surgido ningún asunto inesperado que impida vernos. Llego y la veo venir pulsando las teclas del móvil como si estuviera tocando una sinfonía inacabada. La felicito por ser una niña tan adulta. Me gustaría decirle que tenemos mucho que hablar, que desconecte el teléfono, que lo ponga en silencio o en modo de avión para volar un rato mientras estamos juntos, como hacíamos antes.
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