Los microrrelatos de SUR del sábado 1 de agosto de 2020
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Sábado, 1 de agosto 2020, 00:23
Cristina Maruri
El niño de Manuel
Voy a cubrirte de amor con un manto liviano y sincero, pero lleno de estrellas para que a la noche tranquilo duermas. Voy a cubrirte ... de amor con olor a esperanza y color de hoguera, para que huyan sombras y frío, el pasado sea el tiempo de un verbo perdido y el futuro un cesto con mil emociones y cien mil escalofríos. Voy a cubrirte de amor y hasta el cielo sentirá celos, porque le robaré el azul y el brillo. Y al mar su sal y al desierto la arena. Seré ladrón de besos y sonrisas que coseré con ternura indeleble en la base de tu cuello y en el revés de tu camisa.
Lucía Morales Ramírez
Mochuelo mojado
Tenía la madre la manía de peinarla con un flequillo largo que le tapaba media cara, tapándole sus preciosos ojos grisáceos. En invierno le molestaba especialmente porque todo ser tornaba más oscuro y los días de lluvia, la pobre, parecía un mochuelo mojado. Pero lo peor era el verano con el sudor pegado, rezaba para hacerse mayor y comprarse unas gafas de sol. La cosa se torció cuando empezó a no ver lo que escribían en la pizarra, ni apartando aquellos terribles mechones largos. La madre, protestando, la llevó al oculista y vino el completo desastre, le pusieron unas horribles gafas de culo de vaso; pero ni por esas le perdonaron el peinado. Fue a escondidas a comprarse una horquilla, y a los pocos días se compró un brillo de labios, ahora miraba al mundo de otra manera, sus dioptrías la habían cambiado.
Toñy y Luis el maestro
Baño de verano
Remojado el cuerpo y se queda el alma de errores vacía y limpia de faltas. El tiempo de ayer se ahoga en el agua.
Pilar Zúñiga
Aquellos encuentros
Tú y yo a escondidas cada noche nos encontrábamos en los sueños, volvíamos a vivir momentos compartidos uno por uno, desde pasear de la mano hasta comer un helado. Desde la pasión al descanso, desde la ilusión hasta el recuerdo olvidado. Éramos felices hasta que llegó el insomnio.
Juan Manuel Pérez Torres
Descorazonado
Fue mi perdición ver que lo miraba mientras se alejaba en el coche. Volvió la vista y vió mi pena. La sorpresa primero y la incomprensión después me enmudecieron largo rato. Luego, todo lo fuerte que pude le ladré al viento.
Joaquín Ruiz Acris
La ilusión redonda
Despierto al mundo, comienza el juego, con pocos años y sin importancia, descubro mi destreza, empiezo a apasionarme, y viene la primera caída. Sufro, empiezan los sacrificios, me incorporo y aparecen las ilusiones, alguien hace proyectos sobre mí, y de nuevo una zancadilla me tumba. Vuelvo a sufrir, aumenta el esfuerzo, me levanto y ya no es un juego, me rodean las envidias, los intereses bastardos, yo también me equivoco y ruedo por los suelos. Más sufrimiento, aprieto los dientes, aprendo de los errores, la pasión ya es irrefrenable, pero la suerte me esquiva y caigo casi derrotado. El sufrimiento es ya mi compañero, la experiencia me fortalece, alguien me ayuda a levantarme de nuevo, y en eso, la vida me da un centro que remato a la escuadra. ¡ Gol !, ¡ palmaditas en la espalda! ¿ Lo habré conseguido ?.¿ Seré yo uno de los 100.000 ?
Inmaculada García Gandulla
Hasta pronto
Caminaba por la playa viendo cómo cada ola rompía suavemente en el espigón. Sus pensamientos iban sumidos en toda una vida llena de recuerdos, de besos y de abrazos. Un amor compartido hasta el más sutil suspiro. Hacia el infinito podía dibujarse su sonrisa, esa que cada día convertía su todo en magia. Una lágrima llegó a su mejilla, presa del dolor irremediable. De su mano caían, una a una, las cenizas. Allí acabaron fundiéndose con la arena que tantas veces los vio unirse con eterna pasión.
Ángel Muñoz Jiménez
Un final
Al volver, me he encontrado con tus ojos. En ellos habita una nueva alegría. El roce, leve, de tus labios y la suave palma de tu mano esbozando una caricia, tienen sabor a despedida. En un instante, inútiles se han vuelto mis noches de insomnio, mis vigilias. El memorial de mis agravios, de los motivos de mi infelicidad. De la relación de mis desdichas. La búsqueda del modo de, educadamente, herirte.
De hacerte sentir la culpa de no alcanzar nunca mi medida. De ser el lastre de mi vida. Inútil pues, mi final organizado con víctima y culpable, que justifique mi abandono, mi salida.
Un final nocturno, enfebrecido. Un final liberador y victorioso. ¡Ese era el final que yo quería!
El mío era un final en blanco y negro. El tuyo es un final en technicolor.
Yo ansiaba un final… pero no era este el final que yo quería.
Ricardo Rubio Carmona
Vocales
Se pone sombrero y gafas para tender la ropa arriba, en la terraza del bloque. Por casualidad averigüe que se llama Úrsula y que vive en el sexto con su marido, su novio o su amigo. Es un piso de alquiler y parece que no hace mucho que se mudaron. El otro día, al dejar que subiera sola en el ascensor, no me dijo nada, pero juraría que me sonrió detrás de su azulada mascarilla quirúrgica. Sí, seguro que me sonrió; lo note en el brillo momentáneo de sus ojos claros. De las vocales, la u es la que más me gusta.
Úrsula…
Dori Calderón Ramos
Deseos
Entre tomillo y romero, he sembrado hierbabuena, con esta fiesta de olores te quiero traer a mi reja. El péndulo marca las nueve y yo comienzo a delirar, sueño que a mí me buscas y que mis labios vas a besar. La enredadera oculta la calle, pero yo te siento llegar, mi corazón late al son de tus pasos, que huelen a petricor y azahar. Pero tú, pasas sin mirarme, buscando otros ojos, otras manos, que pusieron en su alféizar manzanilla y jamón serrano, sabores intensos y fuertes, que te llevan a su lado. Yo sólo te ofrezco amor, bañado en mil aromas, de los que cierran los sentidos y a la locura te asoman. Y tú, elegiste la calma, no te gusta la emoción, hiciste bien, pues mi alma, es toda pura pasión, así que pasa de largo y no pises mi escalón.
María Asunción García Montes
Éxtasis de melanina
Enredada en el hechizo de tu rostro, me pierdo en cada una de tus pecas...aunque sean mexicanas. Después, tras un trabajo pulcro, las etiqueto y las introduzco en el tarro número 36. El amor no entiende de fronteras.
José María Rubio
El eterno problema
El recuerdo no interesa. No se puede cambiar. El futuro no se puede modelar. El presente solo sirve para vivir, ya que no concreta el recuerdo ni conforma el futuro. Vivamos el presente con todas las limitaciones que éste presenta.
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