Marpoética: búnker de versos en la Costa del Sol
El festival literario de Marbella clausura este fin de semana su cuarta edición en un año difícil para un encuentro que está acostumbrado al silencio
Otra gran cita de la literatura vuelve a celebrarse en Málaga, que es una tierra definitiva para la poesía. Marpoética, el festival literario de Marbella, ... clausura este fin de semana su cuarta edición en un año difícil para un encuentro que está acostumbrado al silencio: se inauguró en 2015, se retomó tres años después, sufrió el parón de la pandemia y ahora vuelve celeste, con un presupuesto similar al curso anterior: 60.000 euros que provienen del Ayuntamiento de Marbella, institución que está demostrando una sensibilidad especial por la literatura en el reino de aftersun, de las sombrillas y de los conciertos caros. Marpoética brota otra vez bajo el cuidado de Antonio Lucas, periodista de tinta fina y sobre todo poeta, siempre poeta, y uno de los grandes; esta presencia asegura una amplia cota de calidad en su comisariado y el conocimiento exacto de los mejores versos que se están escribiendo ahora mismo en nuestro país. Un apunte: Lucas publicará su primera novela, 'Buena mar' (Alfaguara), en septiembre, para que el verano caliente todavía más las ganas de leerla.
Marpoética, contra el pronóstico de los agoreros y retando de alguna manera a lo imposible, se inauguró el pasado sábado 24 de julio con Manuel Rivas y su clausura se producirá esta noche de terral con Bernardo Atxaga. Estos dos acontecimientos se celebran en el Teatro Ciudad de Marbella, con actuaciones musicales de Carmen Linares y Sheila Blanco, pero el resto de las actividades se han desarrollado en la recién estrenada Biblioteca Central de Marbella, un edificio que acaba de rehabilitarse con esta arquitectura extraña de nuestros días y que pretende convertirse en uno de los grandes centros literarios de la Costa del Sol.
Este festival poético se reivindica en su diversidad, acercando el oído desnudo a una variedad generacional apabullante. Hay en Marpoética un recuerdo a Caballero Bonald, que fue uno de los padrinos de la primera edición de este encuentro que propone desde el principio un goce de lírica y misticismo relativamente cerca de la orilla del mar. Este año, ha venido a Marbella una representación de la mejor poesía posible: Ada Salas, Juan Antonio González Iglesias, Luis Muñoz, Aurora Luque o Raúl Alonso son algunos ejemplos de la munición que se ha disparado en forma de palabra y recital. Javier Vicedo, por su parte, es el responsable de la programación joven del certamen, denominada 'Palabra de mar', y que ha contado con la presencia de autores que nacieron, de una manera insultante, no ya en los noventa, sino en los dos mil. Es el caso de Mario Obrero (Madrid, 2003), el muchacho más joven en ganar el premio Loewe y que lleva en esto de la poesía, según confiesa, desde los siete. También ha pasado por la nueva Biblioteca Juan Gallego Benot (Sevilla, 1997), autor de un estupendo libro de poemas llamado 'Oración en el huerto' (Hiperión) y otra de las figuras imprescindibles a la hora de citar a los nuevos rapsodas de hoy, junto a Juan de Beatriz (Murcia, 1994) o la también novelista Andrea Abreu (Tenerife, 1995), autora de uno de los debuts más prometedores del año, 'Panza de Burro', editado por Barret.
La cuarta edición de Marpoética se clausura hoy poniendo el colofón a la heroicidad que se le supone a la mera celebración de un acto tan poético como presencial, desarrollado en espacios cerrados pero con la dotación del aire acondicionado del verso libre, regalo de chapas con poemas en la entrada y portamascarillas. Hay que reconocer este mérito a los hacedores de este festival, al Ayuntamiento de Marbella y por lo tanto a sus ciudadanos; en definitiva, a quienes hacen posible este milagro en el que el mar se dice pero no se toca, y que propone un refugio temporal de miradas y de versos con el que podemos seguir construyendo el búnker esencial de nuestra existencia.
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