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Marina Abramovic, este martes en Oviedo. EFE
Marina Abramović: «Si haces algo distinto, tienes que estar preparado para las críticas«

Marina Abramović: «Si haces algo distinto, tienes que estar preparado para las críticas«

La galardonada con el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2021 destaca la «determinación» que ha tenido desde pequeña como clave en su carrera

Europa Press

Oviedo

Martes, 19 de octubre 2021, 19:55

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La artista Marina Abramovic (Belgrado, 1946), Premio Princesa de Asturias de las Artes 2021, ha dicho este martes que las críticas no le afectan en absoluto. «Desde muy joven me hice inmune a las críticas», ha comentado, antes de sugerir a otros artistas que tampoco hagan caso de los comentarios negativos. «Si haces algo arriesgado, distinto, tienes que estar preparado para recibir críticas, seguir adelante y creer siempre en ti mismo», ha dicho en una rueda de prensa ofrecida en Oviedo, donde el viernes recogerá el galardón en una ceremonia solemne.

Abramovic lleva años realizando 'perfomance' y el jurado del los premios reconoció con la componente sensorial y espiritual anteriormente no conocida que impregnan sus obras, subrayando su «valentía». La artista, que reconoce que si hubiera hecho de joven caso a las críticas no habría salido de casa, considera que una de las claves de haber llegado donde ha llegado es no rendirse nunca y no tirar la toalla.

«Si tengo un muro delante no me quedo mirándolo, sigo caminando y lo atravieso», ha declarado en su comparecencia, en la que ha señalado la «determinación» que ha tenido desde pequeña como clave en su carrera. En su opinión, la 'perfomance', con ese contacto directo con el público, está en la parte más alta de las artes visuales, junto a la música. «Es algo inmaterial que llega a todos, te puede cambiar y la sientes profundamente en tu ser», ha comentado.

Ha explicado que si bien una persona puede ir a un museo a ver un cuadro o una escultura y vuelve al día siguiente se encontrará con lo mismo. Pero en la 'perfomance' es «distinto cada vez» porque tanto el artista como el público «crean el trabajo». Lo ha diferenciado del teatro, porque ella no representa nada, no hace ensayos, y las emociones son distintas.

En un momento de la rueda de prensa ha sido preguntada por la pandemia de covid-19 y Abramovic ha respondido que ha supuesto «una gran enseñanza para todos» porque se ha entendido lo frágil que es la vida, con independencia del grupo social. «Todos nos vimos afectados por la pandemia, y eso nos ha conectado como seres humanos», ha argumentado.

«Límites del cuerpo y la mente»

Marina Abramovic estudió en la Academia de Bellas Artes de Belgrado (1965-1970) y completó sus estudios de postgrado en la Academia de Bellas Artes de Zagreb (Croacia, 1972). Entre 1973 y 1975 enseñó en la Academia de Bellas Artes de Novi Sad. En 1976 abandonó Yugoslavia y se instaló en Ámsterdam. En esta ciudad conoció al artista germano-occidental de performance Uwe Laysiepen, Ulay, con el que empezó a colaborar explorando los conceptos de ego e identidad artística, las tradiciones de sus respectivos patrimonios culturales y el deseo del individuo por los ritos.

Se vestían y se comportaban como gemelos y crearon una relación de completa confianza. En 1988 decidieron hacer un viaje espiritual, The Great Wall Walk, con el que concluiría su relación: ambos caminarían por la Gran Muralla china, comenzando cada uno por el extremo opuesto y encontrándose en el centro para darse un último abrazo.

Según la crítica, el trabajo de Abramovic explora «los límites del cuerpo y la mente» a través de performances arriesgadas y complejas en una constante búsqueda de libertad individual. Empezó su carrera como artista de performance en los años setenta. Después de sus primeras actuaciones en solitario, Ritmo 10 (1973), Ritmo 5 (1974), Ritmo 2 (1974) y Ritmo 0 (1974), y tras conocer a Ulay, ideó con él una serie de trabajos en los que sus cuerpos creaban espacios adicionales para la interacción con la audiencia: Relation in Space, Relation in Movement y Death Self.

En 1997 presentó la pieza Balkan Baroque en la Bienal de Venecia, por la que recibió el León de Oro a la mejor artista. En 2005 presentó en el Solomon R. Guggenheim Museum (Nueva York) Seven Easy Pieces: en siete noches consecutivas recreó los trabajos de artistas pioneros de la performance en los años sesenta y setenta, además de dos obras propias, Lips of Thomas y Entering the Other Side (1975 y 2005, respectivamente).

En el año 2010 se inauguró en el MoMa de Nueva York una gran retrospectiva de su obra que incluyó registros en vídeo desde la década de los setenta, fotografías y documentos, una instalación cronológica con la recreación por actores de acciones realizadas previamente por la artista y la presentación más extensa realizada por Abramovic: 716 horas y media sentada inmóvil frente a una mesa en el atrio del museo, donde los espectadores eran invitados por turno a sentarse frente a ella, a compartir la presencia de la artista.

En 2013 se estrenó el documental sobre esta retrospectiva La artista está presente, dirigido por Matthew Akers, que fue nominado a mejor documental en el Independent Spirit Awards 2013 y recibió el Premio del Público al mejor documental en el Festival de Cine de Berlín 2012. De esa experiencia surgió la idea para crear el Marina Abramovic Institute (MAI), un centro de arte situado en Hudson (Nueva York, EE. UU.) en el que se realizan todo tipo de actos culturales, talleres y exposiciones relacionados con la performance y el arte contemporáneo.

En 2011 estrenó Life and Death of Marina Abramovic, con montaje de Robert Wilson, un cruce entre el teatro, la ópera y el arte visual. En 2016 publicó su autobiografía Walking Through Walls (Derribando muros) y en 2018 debutó como directora de escena operística en la obra Pelléas et Mélisande en la Ópera de Flandes. En 2020 estrenó Seven Deaths of Maria Callas, un montaje operístico en torno a la figura de la diva; ese mismo año, la Royal Academy of Arts programó una retrospectiva sobre la obra de la artista serbia que tuvo que ser pospuesta a 2023 debido a la pandemia de la covid-19.

Condecorada con la Cruz de Comendador de Austria y doctora honoris causa por la Universidad de Plymouth (2009), Abramovic ha recibido, entre otros premios, el León de Oro al mejor artista en la Bienal de Venecia (1997), el Niedersächsischer Kunstpreis (2003), el New York Dance and Performance Award (2003) y el Cultural Leadership Award de la American Federation of Arts (2011).

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