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El Cervantes contó ayer con una invitada especial: la solidaridad. La solidaridad de los malagueños que llenaron el teatro y la de la cantante Pasión Vega, organizadora de 'Navidad solidaria por la DANA', un concierto que reunió a María Peláe, La Mari de Chambao, Laura ... Insausti de Dry Martina y la bailaora La Lupi para recaudar fondos para las familias afectadas por las lluvias. Aunque no fueron las únicas en pisar el escenario. El espectáculo comenzó con una panda de verdiales de Comares que recorrió el patio de butacas y siguió con los villancicos de un coro gospel, que acompañó a Pasión en su 'Aleluya'.
Pasión Vega, que se unió con Fundación Málaga y Cruz Roja para celebrar este evento solidario, abrió fuego en una noche de compromiso y emoción. Una 'malagueña salerosa' embaucó al público, al que terminó de conquistar con una nana, la primera canción que «le regalaron». Con la cola de su vestido recogida como si meciera un recién nacido y el micro entre sus pechos, la artista sólo hizo una primera demostración de lo que sucedería en ese escenario.
Con la periodista Belén Martín como maestra de ceremonias, Pasión Vega anunció sorpresas que vendrían más tarde. Antes, dieron paso al presidente Cruz Roja Málaga, Luis Utrilla, quien aseguró que «hoy la ayuda se gesta en este teatro», además de creer en la música como «un buen ungüento para aliviar tanto dolor», y al director de Fundación Málaga, Gonzalo Otalecu para que recordara este concierto les reúne «con un propósito clave»: el de ayudar a las familias malagueñas afectadas por la DANA.
La siguiente malagueña, que puso al Cervantes a bailar al ritmo de su voz, fue La Mari de Chambao con un formato acústico preparado para la ocasión. «Qué bonita la Málaga solidaria», espetó antes de lanzarse con su primer tema, al que siguió 'Duende del sur' y un mensaje de la artista: «Quien quiera cantar y bailar… yo no digo na'». Las palmas, los bailes y las voces del público ya no se separaron de ella. «Como uno se comporte con uno mismo, es lo que podrá dar a quien tenga enfrente. Málaga va sobrada de eso. Aunque haya algún malaje por ahí. Málaga siempre ha sido solidaria. Nos viene desde los fenicios y más atrás. Estamos acostumbrados a mezclarnos», pronunció antes de lanzarse con su éxito 'Pokito a poko'.
«Rompedora». Así definió La Mari de Chambao a Laura Insausti de Dry Martina, un adjetivo que no faltó a la verdad. La vocalista cantó sus temas más conocidos y presentó otros incluidos en su álbum que saldrá próximamente al ritmo de las palmas que daba el Cervantes. Con su particular estilo, se metió al público en el bolsillo y se convirtió en unos de los conciertos más movidos del espectáculo.
Ya lo anunció Pasión Vega al principio de la noche: habría sorpresas. Y así fue. La primera, una artista que no estaba en el cartel, pero que «no podía faltar»: Diana Navarro. La malagueña no quiso perder la oportunidad de colaborar con las víctimas de la DANA y se unió a este concierto con un recital de villancicos. Acompañada por el coro gospel, la cantaora dio el toque navideño y flamenco que no podía faltar en Málaga. El flamenco no se bajó del escenario ni un segundo. Tras Diana Navarro, La Lupi se comió las tablas con su mantón, su vestido y los movimientos de su cuerpo. La bailaora dejó atónito a unos asistentes que sólo podían decir «olé» y que se levantaron para aplaudir a la artista, emocionada con la gran ovación.
El neofolklore andaluz de María Peláe fue el último en hacer aparición por el Cervantes. La artista montó una fiesta nada más pisar las tablas, su voz, sus bailes y el acompañamiento del patio de butacas no faltaron durante su actuación, llena de esa energía malagueña y ese compromiso que siempre la caracteriza. «Hay que ayudar y echarle papas como hacemos los malagueños cuando vienen las cosas 'torcías'», aseguró. «No sé si sois conscientes de la 'rejuntera' tan buena que se ha juntado aquí esta noche», dijo para seguir con su particular fiesta.
Y la fiesta no paró. El resto de artistas salió al escenario para acabar la noche por todo lo alto con un popurrí de los villancicos más conocidos. Las voces malagueñas y los bailes de La Lupi se unieron en una armonía flamenca que acabó con el patio de butacas en pie para bailar y cantar con ellas. Y al ritmo de «¡¡Ay, qué ricas están las gambas!!» las seis artistas malagueñas abandonaron el Cervantes en una noche marcada por la solidaridad y el compromiso.
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