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Fue en la taurina Barcelona, ciudad en la que nació en agosto de 1947, donde Carlos Abella Martín se formó como aficionado. A lo largo ... de su vida, este economista ha ocupado diferentes responsabilidades en el ámbito público (Gobierno de la nación, Banco de España, RTVE, la Comunidad de Madrid o la plaza de toros de Las Ventas) y en su faceta de escritor constan la biografía del expresidente Adolfo Suárez, un ensayo sobre la temprana muerte de importantes personalidades de la música, la pintura, el cine y la política –Che Guevara, Federico García Lorca, Marilyn Monroe, James Dean, John Lennon, Antoine de Saint-Exupéry y Vincent Van Gogh– y numerosas obras taurinas como 'Historia del toreo', '¡Derecho al toro! La influencia del lenguaje taurino en el coloquial', 'De Manolete a José Tomás, una historia del toreo en España y México entre 1939 y 2007' o las biografías del diestro de Galapagar, de Paco Camino y Luis Miguel Dominguín.
Este lunes, Abella estará en Málaga para impartir una conferencia dentro de las actividades culturales programadas por la empresa que gestiona la plaza de toros de La Malagueta, Lances de Futuro. 'El verano sangriento. La última rivalidad del toreo. Luis Miguel Dominguín y Antonio Ordóñez' es el título de una charla que rememorará aquella temporada de 1959 donde los dos toreros –cuñados– protagonizaron una dura pugna en los ruedos que dividió a los aficionados entre partidarios de uno y otro.
«Aquella rivalidad creó leyenda». Así responde Abella cuando se le pregunta por qué sigue despertando interés, más de 60 años después, aquel duelo. «El toreo tiene un ingrediente maravilloso y es que hay personajes, situaciones o efemérides que son leyenda. Y ese verano fue de leyenda porque además de la rivalidad intrínseca en el ruedo de dos grandes toreros complementarios, pertenecientes a sendas dinastías toreras y de una gran personalidad, tuvo el añadido de la publicidad que le ofreció Hemingway, un premio Nobel de Literatura, con la publicación de sus artículos en la revista 'Life', que convirtió el verano sangriento en un título de un artículo y de una epopeya taurina».
Sobre la figura de escritor norteamericano, Carlos Abella avanza que en la conferencia de Málaga aportará algunos detalles «relevantes» que en su día le reveló Dominguín sobre Ernest Hemingway, un escritor cuyo «defecto es que se hace protagonista de lo que cuenta».
En la charla, donde se apoyará en la imagen a través de casi un centenar de fotografías, Abella se detendrá en el mano a mano que Ordóñez y Domingún protagonizaron ese verano en Málaga el 14 de agosto de 1959 –los otros duelos entre ambos fueron en Aranjuez, Ciudad Real y Bilbao–. «Aquella de Málaga fue una corrida apoteósica e histórica. Hay fotos que mostraré donde se ve lo que hoy no se ve en los patios de cuadrillas: la mirada, cómo ellos se miraban. Hay dos miradas de dos personalidades potentes, fuertes, orgullosas de sí mismo los dos, con mucha potencia mediática. Fue el choque de dos trenes en el sentido de que se tenían sus ganas. ¡Ojalá hubiera en el toreo actual una rivalidad como aquella de Ordóñez y Dominguín!», afirma.
Una aseveración, esta última, que le sirve al escritor catalán para reflexionar sobre la falta de rivalidad en el toreo actual. «Al toreo le viene muy bien la rivalidad. Desde el punto de vista de la salud del toreo, creo que la rivalidad entre toreros viene muy bien porque atrae a muchos públicos, no sólo atrae a los aficionados sino a otras muchas gentes que se acercan a nuestro mundo en cuanto ven que hay algo más que cumplir un contrato. Está bien que los toreros sean amigos y hay que poner en valor la solidaridad de los profesionales en el ruedo pero ello no debe ser un motivo para que no exista el pulso, ese decir: 'aquí estoy yo; a este me lo quiero comer hoy crudo'», subraya.
«La historia del toreo está llena de rivalidades fantásticas que han producido avances y la atención de los públicos. Ahora si hay rivalidad se disimula, se nota muy poco, la habrá en los despachos pero no en las plazas. Quizás la última rivalidad que podría haber sido extraordinaria pero que tampoco se produjo o al menos no se la declararon públicamente, es la José Tomás y Enrique Ponce, porque era como Luis Miguel y Antonio, dos toreros complementarios, un torero temerario como José Tomás y otro científico como Ponce», expone.
Junto a la falta de rivalidad, en la tauromaquia actual Carlos Abella echa en falta que los toreros apuesten por diferentes encastes. «Echo de menos que los toreros apuesten por hacer gestas y gestos en los ruedos con encastes diversos. Una cosa es seleccionar muy bien pero otra es que hay que abrir el mundo de los encastes. En este sentido agradezco a Morante que esta temporada haya hecho ese gesto de abrirse a torear un poco de todo porque eso acredita la maestría y la capacidad», recalca.
LA CONFERENCIA
Día. Lunes, 12 de diciembre, a las 19.30 horas.
Lugar. Centro Cultural La Malagueta, ubicada en las dependencias de la plaza de toros.
Conferenciante. El escritor y aficionado Carlos Abella, bajo el título 'El verano sangriento. La última rivalidad del toreo. Luis Miguel Dominguín y Antonio Ordóñez'.
Organizan. Lances de Futuro, la empresa de José María Garzón que gestiona la plaza de toros de La Malagueta, y la Diputación Provincial de Málaga. Entrada gratuita.
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