Málaga, la capital sin auditorio
La ciudad es la única de los grandes municipios sin un palacio para la música. Zaragoza, Valencia, Bilbao y Sevilla han construido sus equipamientos en las últimas tres décadas
El argumentario está cargado de razones. No obstante, en ese catálogo de motivaciones, hay una incontestable. Y es que Málaga es la única gran ... capital española que carece de un auditorio para la música. Una situación agravada por la saturación del Teatro Cervantes con meses en los que no tiene un día libre porque acoge actuaciones de la Orquesta Filarmónica de Málaga (OFM), ópera, conciertos, obras de teatro, cine, espectáculos varios, carnavales, pregones y eventos sociales de todo tipo. Málaga arrastra su déficit de equipamientos musicales desde hace décadas.
Concretamente, desde los años ochenta en los que ya se hablaba de la necesidad de un auditorio. El primer intento serio llegó allá por 1990, cuando el alcalde Pedro Aparicio presentó el proyecto de un palacio de la música y congresos frente a la Comisaría Provincial. Pero desde entonces, la ciudad acumula retraso tras retraso, fracaso tras fracaso. La crisis acabó incluso con el intento más serio y que estuvo a punto de fructificar, un gran palacio en el puerto, que ahora ha vuelto a despertar con el impulso de la plataforma ciudadana 'Por el Auditorio de la Música de Málaga'.
Precisamente, en estas últimas tres décadas en las que la capital desatendía –por impotencia o dejadez– su cuenta pendiente con un gran espacio para actuaciones musicales, el resto de ciudades españolas sí supieron colocar el sello de prioridad a los proyectos de sus respectivos auditorios, que fueron surgiendo por toda España con financiación estatal, autonómica o local. Dejando a un lado los casos de Madrid y Barcelona que cuentan con más de un equipamiento de este tipo, el resto de ciudades más pobladas dispone de recintos amplios y archiconocidos. Es el caso de Valencia, que cuenta con el Palau de la Música que data de 1987 y que fue impulsado por el Ministerio de Cultura, al que unió en 2005 el Palau de les Arts con financiación de la Generalitat. Entre ambos suman 3.500 localidades para conciertos sinfónicos y ópera.
El palacio proyectado en el puerto ronda los 95 millones de euros de inversión y su impacto anual en la economía sería de 54 millones
Zaragoza inauguró en 1994 la Sala Mozart (2.000 personas) del Palacio de Congresos que fue costeado por su Ayuntamiento, mientras que Murcia cuenta desde un año después con el Auditorio Víctor Villegas (1.768 espectadores) y Bilbao abrió en 1999 el Palacio Euskalduna, con cargo a la Diputación Foral de Vizcaya (2.164 localidades en su sala principal). Las grandes ciudades de las islas también disponen de importantes recintos musicales, como es el caso del Auditorium de Palma de Mallorca (1.730 butacas) y el Auditorio Alfredo Kraus de las Palmas de Gran Canaria (1.668).
Dos por ninguno
En nuestra comunidad, Sevilla también se sitúa a años luz de Málaga en equipamientos. El Teatro de la Maestranza, sede de la Real Orquesta Sinfónica de la ciudad, fue promovido por el Ministerio de Cultura, la Junta, la Diputación y el Ayuntamiento y cuenta con una sala principal de 1.800 espectadores, pero la capital hispalense también inauguró el pasado mes de febrero Cartuja Center Cite, una iniciativa de la Sociedad General de Autores que quería abrir una instalación en Andalucía y que optó por Sevilla, pese a que Málaga carecía de un recinto de este tipo. Este complejo cuenta con una sala principal de 2.000 butacas y otras tres de 400 localidades cada una.
La lista de ciudades continúa con capitales a las que Málaga dobla en habitantes, pero que cuentan con salas modernas que se dedican exclusivamente a los conciertos y que superan el aforo del Teatro Cervantes, un gran espacio aunque concebido en el siglo XIX y con 1.100 localidades como máximo. Una carencia cultural que es la que viene a cubrir el proyecto del Auditorio del Puerto que, como explica el promotor de la plataforma ciudadana en favor de la recuperación del proyecto, Carlos de Mesa, sería la casa de «todas las músicas», ya que además de sede permanente de la OFM y de la Temporada Lírica –siempre agota las entradas–, serviría también para el jazz, la copla o el flamenco.
El proyecto
-
1.800 butacas tendrá la sala principal del auditorio de Málaga. Contará con otra de 400 espectadores.
-
33.000 metros cuadrados es la explanada sobre la que se asentará el auditorio, el parking y una plaza urbana.
Los miembros de esta iniciativa recuerdan que los terrenos en el muelle de San Andrés del puerto siguen reservados para el auditorio y que el proyecto de los arquitectos Federico Soriano y Agustín Benedicto sigue vigente. Por ello, instan a que las cuatro administraciones del Estado –ministerio, Junta, Diputación y Ayuntamiento– vuelvan a unirse para culminar esta partitura pendiente que supondría una factura de 95,7 millones de euros a repartir entre cuatro. Y que, según el estudio de viabilidad realizado en 2011, generaría un impacto económico en la economía malagueña de casi 54 millones de euros anuales por su capacidad de atracción de turismo cultural. Otra clave fundamental para la ciudad que ha hecho de la cultura el elemento vertebrador de su transformación urbana y social. Pero se olvidó de la música.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión