Lorca, de Nueva York a la videosfera

Con diez niveles, los usuarios acompañarán a Lorca por el revelador y crucial viaje a la ciudad de los rascacielos que en 1929 le cambió la vida. «Por el mundo de los ojos y las heridas de las manos», dice un verso de Lorca. Y por ese universo irreal se mueve el Federico digital que llegó a Manhattan sumido en una crisis de desamor tras el éxito del 'Romancero gitano' y sus dramas teatrales.

Los jugadores deben recomponer la máquina de escribir de Lorca. Localizar sus veintisiete teclas para que el poeta pueda escribir sus poemas. Le ayudarán así a superar la aguda crisis creativa que le condujo a la Gran Manzana, abrazando el surrealismo y alejándose del teatro costumbrista en el que tanto brilló. Cada nivel toma el título de un poema, como 'Nueva York: oficina y denuncia', 'Ciudad sin sueño', 'El Rey de Harlem' o 'Son negros en Cuba'. «Tiene cuatro columnas de cieno y un huracán de negras palomas que chapotean las aguas podridas», escribió Lorca de 'La aurora' el poema neoyorquino que da título al juego.

«No aprenderemos poesía, la viviremos manejando los pies y las manos de Federico perdido en el laberinto y los enigmas de Nueva York», asegura Torres. Se sigue al Lorca que llega a la megaurbe tras el crac bursátil del 29, cuando los banqueros arruinados se arrojan al vacío desde sus rascacielos, momento al que alude el juego con el poeta «sorteando los sombreros de esos banqueros de forma metafórica».

Han sido necesarios dos años de trabajo de un equipo de quince personas liderado por Torres –director del estudio Yellow Jacket– para diseñar el videojuego centrado «en la etapa más experimental, onírica y disruptiva de Lorca».

Para el artista Carlos Brayda, el responsable creativo, ha sido todo un reto traducir la emoción poética a imágenes: hasta 18 en un solo poema. «Disfruté mucho del proceso y tengo cientos de carpetas que hablan de la Nueva York de 1920», dice.

El mismo equipo que ya convirtió en minijuegos clásicos como 'La vida es sueño' o 'La Odisea', apostó por seguir en esta senda literaria «para conectar con los más jóvenes». Pensado para jugadores a partir de los 14 años, «los treintañeros han sido hasta hora los más entusiastas», dice Torres. Accesible en español e inglés, el videojuego se dirige tanto al mercado iberoamericano, «donde Federico es querido y admirado», como al estadounidense, «en cuyas universidades se estudia».