'Litoral' nació en el Mediterráneo
Este número es mejor que un crucero con todo incluido porque te lleva por la literatura y por las artes, por el cine y por la fotografía
Podría decirse que, desde su misma fundación en 1926, la revista 'Litoral' siempre ha tratado sobre cosas de la mar. Este nuevo número, el 273 ... de su historia, incide en el Mediterráneo con el disimulo de quien repite algo como si fuera la primera vez. Este nuevo artefacto es una carta de amor a la mar escrita por tantas manos que su mera definición lo empobrecería todo, y va de Cavafis a Lorca, de Ulises a García Montero. 'Litoral' es una revista que es un mucho más que eso; un espléndido acantilado sobre el que tirarse sin miedo porque es un salto que tiene en su límite una plácida red que provoca que uno se quede colgando en las alturas.
Este número trata sobre el Mar Medi Terraneum (en el medio de las tierras) como explica en su prólogo Lorenzo Saval, el capitán de este barco junto a María José Amado. Desde La Marea, la nave va con la compañía de viejos tripulantes como Antonio Lafarque, Miguel Gómez o Toñi Miranda que trazan, todos juntos y con tantos cómplices, la cartografía de una revista infinita. Hay un momento en la vida en el que se descubre el Mediterráneo, hasta entonces el mar solo es mar, es playa y primer amor, y 'Litoral' es la brújula y es la proa luminosa que descubre el camino que hay que transitar una y otra vez para llegar a un destino que no se alcanza nunca, porque el goce está en el mismo viaje.
Este número de 'Litoral' es mejor que un crucero por el Mediterráneo con todo incluido porque te lleva por la literatura y por las artes, por el cine y por la fotografía. Hay un itinerario que zarpa en Málaga con Alcántara o con Ruiz Noguera y pasa por Almería, Alicante, Valencia, Barcelona… recorriendo Italia y Grecia hasta Estambul y de vuelta a Tánger, pasando por Alejandría. Tartessos, egipcios, los fenicios que fundaron estas ciudades en las que flotamos, griegos, cartagineses, romanos y, con ellas, varias civilizaciones que en realidad es una sola que llega hasta nosotros, que hemos aprendido tanto en este mar, y de él. Esta poesía se escribe en el agua y se documenta sumergida en ella: hundida en ella. Los textos originales e inéditos trazan la historia de la mar desde que bañaba lo primordial hasta el presente más duro. No todo es belleza en este viaje; en el Mediterráneo también hay muerte, basura y horror. Mar de muertos y basurero Nostrum son dos de los capítulos dedicados al cementerio más grande del mundo y a la gran tragedia de la contaminación. Hay un cuento de Manuel Vicent que comienza en un restaurante, con un salmonete que escondía dentro de su cuerpo la colilla de un cigarrillo. Venecia se hunde, en el mar de hoy también hay cadáveres y hay medusas (qué hermosas son), pero luego sobrevienen la sal y el horizonte para cuidar de todo. Infinita vida al litoral.
Serrat, cerca del mar
Aparece en este número el himno del mar que escribió Joan Manuel Serrat, que precisamente este fin de semana recala en Málaga para ofrecer un concierto de su gira de despedida con todas las entradas agotadas; todavía quedan algunas para su concierto en Marbella, en el festival Starlite el 23 de julio. Será su último concierto en nuestra tierra: «Antes de que me retire una pandemia, el tiempo o la gente, me retiro yo; pero me retiro de subirme a los escenarios, no de vivir».
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