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Sylvia Plath: la muerte le sienta tan bien

Poesía al Sur ·

Arrastró demonios desde niña, pero la poeta estadounidense, elevada a mito tras su suicidio, construyó una obra personal y poderosa, capaz de desafiar el puritanismo del sueño americano

Alberto Gómez

Viernes, 15 de febrero 2019, 00:51

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Era febrero de 1963. Sylvia Plath arropó a sus dos hijos y les dejó el desayuno junto a la cama antes de taponar la ... puerta de la habitación donde dormían. Ya en la cocina, abrió el gas y metió la cabeza en el horno. Había organizado su suicidio al modo en que escribía poemas, entre el arrebato y el cuidado por los detalles. Aquella muerte contribuyó a su fama mundial, pero también arrinconó su obra «en beneficio de los hurgadores de miserias en sensibilidades enfermizas», como escribió Ana María Moix. La autora de 'Ariel' llega a nuestros días convertida en mito, reivindicada de forma póstuma por el feminismo. Plath fue capaz de desafiar el sueño americano, ampliando las estrecheces de todo un país. Escupió su propio dolor en poemas personales y delicados y colocó un espejo frente a los sectores más puritanos para retratarlos. Incomodó escribiendo sobre maternidad y salud mental, sobre la inestabilidad y la pena. Priorizó la honestidad en un universo, el cultural, repleto de imposturas.

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