'Litoral' revisa el mito del erotismo en tiempos de Internet
La revista rastrea en su número veraniego la presencia del sexo y el placer en las artes, la literatura, el cine y el cómic
Es una de las palabras más deletreadas en la barra de Google: 'sexo'. Siguiendo esa pulsión y como de un exquisito motor de búsqueda se ... tratara, la revista 'Litoral' ha querido dar respuesta a este mito inmortal e imperecedero con 'Eros', la entrega veraniega de la publicación que revisa el erotismo desde el arte y la poesía en estos tiempos de Internet. Los dos últimos dígitos de este número no podía ser más sugerentes y apropiados: el 269.
«Para dibujar las geografías del deseo y sus planos del placer tuvimos que estar dispuestos a atravesar todas las fronteras, sin censurar ninguna erección, orgasmo, perturbación o extravío que tuviera su razón de ser, su destino o su horario en este poético y visual viaje de la sensualidad humana», confiesa el director de la revista 'Litoral', Lorenzo Saval, en la introducción, en la que recuerda que este número está hermanado con aquel 'Del goce y de la dicha', publicado hace tres décadas y en la que el recordado Rafael Pérez Estrada dirigía una imprescindible antología de la poesía erótica.
En esta nueva revisión, ese repaso 'voyeur' se amplía a diferentes artes y manifestaciones culturales, comenzando por Carlos García Gual y su viaje a los orígenes mitológicos del dios griego Eros. Además, 'Litoral' también se deja arrastrar por Juan Manuel Bonet tras las huellas del erotismo en los maestros de la pintura y la ilustración; José María Conget rescata esa misma presencia en los cómics; Carlos F. Heredero establece el canon del cine erótico; el sexólogo Francisco Cabello ofrece un muestrario de parafilias del Homus eroticus; y Luis Alberto de Cuenca se recrea en la vertiente sensual del Drácula literario y cinematográfico.
El catálogo de placeres de 'Litoral' revisa besos, caricias, deseos, desnudos, seducciones, amantes, cuernos, fetichismos y lujurias a lo largo de la historia y de los cuerpos con sus representaciones en páginas, poemas, lienzos o pantallas. Un recorrido revelador y estimulante que nos enseña que el sexo ya era lo más buscado y anhelado antes de Internet.
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