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El físico y lingüista Sverker Johansson. Jonas Tetzlaff
Cuando el ser humano comenzó a hablar

Cuando el ser humano comenzó a hablar

El lingüista sueco Sverker Johansson analiza las teorías sobre el desarrollo del habla en el libro 'En busca del origen del lenguaje'

Álvaro Soto

Madrid

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Sábado, 20 de marzo 2021, 19:19

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Igual que un niño comienza a hablar poco a poco, primero emitiendo sonidos, después palabras y después uniéndolas, el ser humano quizá también desarrolló el lenguaje paulatinamente. «Lo lógico es que el lenguaje se haya desarrollado en varios pasos, del mismo modo, por ejemplo, que nuestro gran cerebro o nuestra capacidad para crear herramientas», opina Sverker Johansson (Lund, 1961), físico y lingüista sueco que cuenta con uno de esos nuevos récords de la era digital: se le considera el autor más prolífico en la historia de Wikipedia, con varios millones de artículos creados a través de su bot Lsjbot.

Johansson acaba de publicar en España 'En busca del origen del lenguaje' (Ariel), que, apoyándose en ramas del conocimiento tan variadas como la biología evolutiva, la primatología, la neurociencia o la antropología social, indaga en los motivos que llevaron a los primeros hombres a intercambiar palabras. «Entre nuestros ancestros resulta imposible trazar un límite claro entre los simios y los seres humanos. A lo largo de millones de años han ido apareciendo, poco a poco, cada vez más cualidades y comportamientos humanos. ¿Quizá ocurra algo similar con el lenguaje? ¿Quizá no hubo jamás un determinado homínido del que se pueda decir que fue el primero en hablar, al igual que tampoco habrá un día que pueda señalar como el primer día en que mi hija habló? ¿O quizá determinar quién fue el primero en utilizar el lenguaje sea una mera cuestión de definición?», se pregunta el autor sueco, que cuestiona en su libro algunas de las teorías del lingüista contemporáneo más conocido, Noam Chomsky.

El futuro del lenguaje, de la mano de la globalización y las tecnologías, no parece claro. «Una tendencia evolutiva que se viene apreciando desde hace bastante tiempo es que las lenguas más grandes adquieren cada vez más hablantes mientras que las pequeñas terminan por desaparecer, tendencia que se acentúa a medida que nuestra comunicación se vuelve cada vez más global», sostiene Johansson. «Nuestras conversaciones ya no se restringen a los límites de nuestro pequeño pueblo, sino que podemos y queremos hablar con personas que viven en la otra punta del planeta, y para ello necesitamos una lengua común. Si esa tendencia continúa, puede que lleguemos a una situación en la que solo se hablen una o unas pocas lenguas en el mundo», asevera. Y esta reflexión provoca una pregunta sugestiva y a la vez, inquietante: «¿Queremos que haya una lengua?».

«Al mismo tiempo, sin embargo», continúa el físico y lingüista, «nos acercamos a una situación en la que la traducción automática empieza a ser tan potente que hablar lenguas distintas deja de ser un problema tan grande, pues no por ello dejamos de entendernos. En plataformas como Facebook, a veces participo en conversaciones que se desarrollan en ruso o tagalo pese a no dominar ninguno de esos idiomas, y todo gracias a que la plataforma se asegura de que la conversación fluya, y lo hace bastante bien. ¿Es este otro futuro posible, en el que la tecnología vendrá al rescate para salvar el problema lingüístico a fin de que cada uno pueda hablar la lengua que quiera y, aun así, entenderse? Puede que sea demasiado optimista, pues tener que depender por completo de toda una infraestructura informática para nuestra comunicación diaria hará del mundo un lugar mucho más vulnerable».

¿Resulta interesante pensar en una sola lengua mundial -¿cuál sería?- o en que los hablantes vuelvan a encerrarse en sus burbujas nacionales? «Ninguna de esas dos opciones me resulta atractiva», asevera Johansson. «Sea cual sea el camino que sigamos, deberá asentarse sobre un mejor conocimiento del lenguaje y una mayor comprensión del valor que adquiere la diversidad lingüística que los que tenemos en la actualidad. Conocer el origen del lenguaje será importante para mejorar esa comprensión».

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