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La escritora argentina Claudia Piñeiro. SUR
Jueves 26, 19h. Thyssen Málaga: Claudia Piñeiro presenta su nueva novela en el Aula de Cultura de SUR
Jueves 26, 19h. Thyssen Málaga

Claudia Piñeiro presenta su nueva novela en el Aula de Cultura de SUR

«Me resulta incómodo el lenguaje armado desde el machismo», señala la escritora argentina

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Lunes, 23 de enero 2023

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«Si un hombre te deja, estás desterrada». El eco del coro de 'Medea' resuena en las páginas de 'El tiempo de las moscas' (Alfaguara), la novela donde Gabriela Piñeiro recupera la historia de Inés, una mujer que ahora sale de la cárcel después de haber asesinado a la amante de su marido y que en su regreso a la sociedad se topa con el doble abandono de su pareja y de su hija. En su reconstrucción vital, Inés cuenta con la complicidad de La Manca, una antigua compañera de galería con la que trata de recomponer su existencia hasta que recibe una propuesta que puede cambiar su vida… Para bien y para mal. Los ingredientes clásicos de la novela negra se combinan con trazas de contemporaneidad en un libro donde Piñeiro reflexiona sobre la maternidad, la pérdida, la identidad y las segundas oportunidades. Autora superventas en Argentina, finalista del International Booker Prize en 2022 entre otros muchos galardones y escritora celebrada por la crítica y el público, Piñeiro recala en el Aula de Cultura de SUR este jueves día 26 (19.00 horas, Museo Carmen Thyssen, entrada libre hasta completar el aforo) para presentar 'El tiempo de las moscas'.

- ¿Por qué decidió recuperar la historia de Inés más de una década después de publicar 'Tuya'?

- A veces los motivos son un poco azarosos y representan una multiplicidad de asuntos. El escritor argentino Guillermo Martínez, que es muy amigo mío, fue a Estados Unidos a dar un seminario de literatura hispanoamericana en una universidad y cuando regresó me dijo 'Vos tenés que seguir con este personaje, Inés da para mucho más'. A mí nunca se me había ocurrido seguir con Inés, pero él me insistía. Le comentaba que era un poco difícil seguir con un personaje que había terminado la novela matando a la amante del marido y yéndose a prisión. Tampoco quería hacer una novela carcelaria, porque no tengo los conocimientos y me dijo 'Bueno, pues hacer como Patricia Highsmith con 'El talento de Mr Ripley', que vos sabés que mató y que puede seguir matando, pero el lector quiere saber qué pasa y genera empatía y el personaje sigue cautivando más allá de que haya matado a una persona'. En ese momento pensé que me estaban poniendo la vara muy alta… Highsmith… Así que lo dejé pasar, pero durante la pandemia me apareció de nuevo este consejo de Guillermo, que se juntó a otras cuestiones que pasaron en aquel tiempo y me pareció el momento oportuno de traer de nuevo a Inés.

- El personaje de Inés plantea el asunto del abandono en varios sentidos: el marido que la deja, la hija que no quiere saber nada de ella una vez que entra en prisión… ¿Es la pérdida una cuestión central del libro?

- Muchas veces pasa que cuando empezáis a hacernos las entrevistas comienzan a surgir cuestiones que no habían aparecido en el momento de la escritura, pero que resultan muy pertinentes. No lo había pensado así, pero también está el abandono de la sociedad en las personas que ingresan en prisión y creo que es el abandono más brutal que hay en la novela: el abandono del marido, que está en la primera novela y las consecuencias llegan hasta la segunda; el abandono de la maternidad y ese corte del vínculo con la hija, pero sobre todo el abandono de la sociedad. La sociedad te dice 'Vos cometiste este crimen, ingresás en prisión y cuando pasa la condena te reinsertas', pero no es tan fácil ni nadie está esperándote para ayudarte.

- Inés encuentra esa ayuda en La Manca, una antigua compañera de galería con la que funda una empresa. En algunos pasajes de la novela, ambas muestran su reticencia hacia el llamado lenguaje inclusivo. ¿Se trata de una crítica velada a esa tendencia?

- Inés es una mujer a la que le cuesta adaptarse a los cambios. Ella sabe que tiene que cambiar la forma de expresarse, pero lo que tiene que cambiar sobre todo son los conceptos. Sin embargo, le cuesta, los rechaza incluso, y algunos los toma porque cree que le conviene. Y dentro de ese coro de mujeres donde se conversa sobre distintos asuntos que tienen que ver con el feminismo hoy, uno de ellos es el lenguaje inclusivo. Hay algunas mujeres que están a favor de incorporarlo y otras no. Yo no uso el lenguaje inclusivo, pero estoy a favor de él. Yo misma, si bien no uso las palabras terminadas en 'e' porque no me resultan cómodas, sí que me resulta incómodo el lenguaje armado desde el machismo, desde la masculinidad y desde lo masculino. Creo que el lenguaje es algo vivo y que va cambiando y lo que siento es que el lenguaje ya no me representa así como está y trato de buscar formas de decir que no sean desde el universal masculino, aunque todavía no pueda adaptarme a ese inclusivo que se propone. A lo mejor deberíamos hablar de otra manera que todavía no se sabe cómo va a ser. Lo cierto es que, releyendo 'Tuya', siento como escritora que hay frases que escribí de una determinada manera y que ahora escribiría de otra; por ejemplo, Inés dice 'Cuando uno piensa…'. Yo no escribiría más a un personaje mujer diciendo 'Cuando uno piensa', sino 'Cuando una piensa…'. No está mal decirlo así, pero la verdad es que me parece ridículo que una mujer se exprese así.

- ¿Cree que el universal masculino acabará desapareciendo?

- Creo que cuando el lenguaje deja de nombrar, necesita otra cosa. Esa incomodidad es lo que hace que se busquen otras palabras, otras formas y otros usos. Muchas de nosotras no nos sentimos representadas por el universal masculino, como los grupos LGTBI y la gente no binaria tampoco, así que probablemente habrá cambios. No sé cuáles, pero habrá cambios, porque creo que el mundo tiende a algo mucho más inclusivo donde todos seamos nombrados por el lenguaje.

«No uso el lenguaje inclusivo, pero estoy a favor de él»

- También plantea la novela una mirada poco complaciente sobre la maternidad, a partir de la visión que Inés tiene de sí misma como «una mujer que parió», pero no como una madre.

- La maternidad está cuestionada en toda la novela, porque venimos de un personaje que decía ser una madre y una esposa perfecta y, en realidad, era todo apariencia. Mientras ella aparentaba tener una familia perfecta, no pudo vincularse con la hija, era todo ficción. Y es en esta novela donde ella reconoce que no quería ser madre, que siente que es una mujer que parió, pero no necesariamente una madre y creo que justo lo que se desarrolla durante la novela es ese vínculo: el reconocimiento de cómo nos sentimos con ese vínculo y qué podemos hacer con eso, cada una con su propio sentimiento y no lo que la sociedad nos impone que debe ser la maternidad.

- La trama de la novela se combina con fragmentos de un coro de voces al estilo de la tragedia griega, donde se insertan fragmentos de ensayos de pensadoras del feminismo contemporáneo. ¿Qué le llevó a plantear esa estructura?

- Hay un coro planteado como en la tragedia griega, pero también ese grupo de mujeres representa a las asambleas de mujeres dentro de movimiento feminista donde todas tienen voz, todas tienen la oportunidad de hablar y de ser escuchadas y donde todas tienen que apuntarse para eso. Es algo muy democrático. No hay una líder que dice lo que hay que hacer, sino que se llega a consensos después de discusiones argumentadas. En ese coro también aparecen las voces de pensadoras feministas a las que yo admiro, pero en la misma categoría que el resto de las voces.

«Hay una impaciencia por ser publicado y eso no es bueno»

- ¿Cree que el mensaje feminista puede llegar mejor a los lectores a través de la ficción?

- No escribí este libro para propagar el feminismo, sino que en general escribo sobre cosas muy contemporáneas. 'El tiempo de las moscas' tiene una trama de dos mujeres que están tratando de sobrevivir después de salir de la cárcel y a las que proponen un negocio que cambiaría su economía radicalmente, pero que a la vez las podría llevar de nuevo a la cárcel. En medio de eso se filtra toda la contemporaneidad que sucede en la vida de las mujeres. En ese sentido, el objetivo del libro no es pedagógico ni educativo ni es que nadie aprenda nada del feminismo, pero el feminismo está en la vida, para bien y para mal, a las mujeres nos pasan cosas y estamos siempre analizándolas, cada una desde su postura dentro del feminismo. El hecho de que a las mujeres nos paguen menos o que tengamos que cuidar más a los hijos o a las personas mayores dentro de la familia o que nos golpeen o maten… Todo eso nos sigue pasando y se sigue filtrando en la vida y en la novela. Si eso después sirve para que un hombre o una mujer reflexione sobre ese tema, bueno, eso es parte de la lectura y de la literatura.

Preguntas al lector

- ¿Y ese mensaje puede calar mejor desde la narrativa?

- No sé. Quizá si le dices a alguien 'Léete este tratado de feminismo', seguramente no se lo lea. Pero en una novela, con algunos pensamientos y algunas idas y vueltas, algunas reflexiones y dudas, sobre todo preguntas… A lo mejor el lector se las acaba planteando, casi sin darse cuenta.

- Ya que habla de la lectura y de la escritura, en un pasaje de la novela se asoma a la vocación creativa de Inés y sentencia sobre su personaje que ella no se dedicaría a la escritura porque «le sobra entusiasmo y le falta paciencia». ¿Cuánta paciencia hay que tener para dedicarse a la escritura?

- Bueno… Yo tengo mucha paciencia… Verá, hay que tener mucha paciencia para escribir, pero no sólo por el proceso de escritura. Creo que hay muchos escritores, jóvenes sobre todo, que escriben y enseguida quieren ser publicados. No sólo hay que tener paciencia para escribir, para encontrar la mejor frase, la mejor palabra o la mejor estructura. Eso lleva paciencia y, sobre todo, corregir mucho y tirar mucho. Pero también debes tener paciencia después. Hay una impaciencia por ser publicado y eso no es bueno, porque pasan años a veces. Hay un montón de gente que ha escrito un montón de cosas que probablemente son valiosas y que no son publicadas todavía. Por eso creo que hay que tener paciencia en muchos sentidos dentro de la escritura.

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