El Castil de los Genoveses, la 'república independiente' de la Málaga musulmana
El profesor de Historia Medieval Raúl González Arévalo y la arqueóloga Carmen Peral perfilan la muralla y la memoria de este barrio fortificado y cristiano de época nazarí
Aunque no lo sepamos, esa escena tan cotidiana de pisar la Plaza de la Marina o ir a recoger el coche a su céntrico parking ... supone algo tan extraordinario como entrar en territorio italiano. Y sin pasar la frontera. En este céntrico enclave estuvo el Castillo de los Genoveses, un recinto portuario fortificado que tuvo vida propia y vivió su época de esplendor durante el reinado nazarí de Granada. Habitado por mercaderes cristianos de la zona de Liguria, el recinto amurallado ocupó 3.500 metros cuadrados y se gestionó de forma autónoma a la Mālaqa musulmana. Así lo descubre el estudio 'El Castil de Genoveses de Málaga (siglos XIV-XV)', el primer libro sobre este barrio fortificado de época islámica que publican la arqueóloga Carmen Peral y el profesor de Historia Medieval Raúl González Arévalo, que presentan este viernes en el MUPAM.
Cuando se ve la reconstrucción del recinto amurallado que han hecho los investigadores, la memoria popular remite ese dibujo de los 'Asterix' de la aldea que resistió al imperio, aunque no se ajustaría a la realidad histórica ya que este enclave encajaría más en ese eslogan de Ikea que ha hecho fortuna bajo el lema de 'Bienvenido a la República Independiente de tu casa'. Y quien dice casa, dice castillo. O dice barrio. «Técnicamente se denominaba 'fondaco' y se refiere a un espacio cedido en la ciudad por los reinos islámicos a las comunidades cristianas para comerciar y establecer su sede, sin mezclarse con la población musulmana y completamente autogestionado», explica González Arévalo, que destaca que estos centros solían ser un edificio de planta cuadrada tipo alhóndiga, pero en el caso de la Málaga nazarí, los mercaderes genoveses dispusieron una gran extensión de planta triangular en el emblemático vértice sur de la capital, en el que se extendía un distrito comercial con viviendas, almacenes y edificios públicos. Una auténtica «ciudadela fortificada», como la describió un comerciante florentino en el siglo XV.
El libro
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Título: 'El Castil de Genoveses de Málaga (siglos XIV-XV)'
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Autores: Raúl González Arévalo y Carmen Peral
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Editorial: Universidad de Jaen, España, 2024, 320 pag
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Presentación: Viernes 28 de junio, a las 19 h, en el Museo del Patrimonio Municipal (MUPAM), paseo de Reding, 1
«Lo espectacular que tiene Málaga es que es el único caso de barrio comercial amurallado que se ha podido estudiar en el ámbito musulmán Mediterráneo y el único del occidente europeo», cuenta el profesor de Historia Medieval de la Universidad de Granada, que recuerda que tras su descubrimiento durante las obras del aparcamiento de la plaza de la Marina en los 80 se llegó a poner en duda la existencia de este Castil de los Genoveses y, posteriormente, consideró como una factoría. El testigo de la palabra lo retoma entonces Carmen Peral que expone los datos arqueológicos. «Aquí tenemos todo un barrio comercial con dos manzanas que estaba atravesado por una calle principal y que contaba con numerosos almacenes en planta baja para las mercancías, mientras que las viviendas se situaban arriba», explica la experta que ha completado la investigaciones que emprendió su maestro Manuel Acién, director de las excavaciones durante las obras del parking.

C/Larios
Sancha de Lara
Muralla
Málaga Palacio
Musara
Almacén
Puerta de Espartería
Muralla conservada
Pl. de la Marina
Muralla conservada
Puerta de los siete arcos
Monumento al Marqués de Larios

C/Larios
Sancha de Lara
Muralla
Málaga Palacio
Musara
Almacén
Puerta de Espartería
Muralla conservada
Pl. de la Marina
Muralla conservada
Puerta de los siete arcos
Monumento al Marqués de Larios

C/Larios
Sancha de Lara
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Musara
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Puerta de Espartería
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Pl. de la Marina
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Puerta de los siete arcos
Monumento al Marqués de Larios
Contar barquitos
Precisamente, la singularidad de la investigación 'El Castil de Genoveses de Málaga (siglos XIV-XV)' es que ha cruzado los datos de la arqueología actualizada de este yacimiento con los documentos que hablan del intenso comercio con todo el Mediterráneo en el momento en el que Málaga se convirtió en el principal puerto del reino nazarí, lo que ha permitido encajar piezas que faltaban en uno y otro campo y recomponer buena parte del desconocido puzzle de aquel barrio portuario fortificado. Así, los archivos comerciales han revelado lo que las excavaciones no descubrieron, como es el caso de la existencia de una una iglesia propia, lo que da idea de la independencia de esa comunidad genovesa dentro de la ciudad musulmana, explica González Arévalo que ha invertido seis años en localizar 518 embarcaciones mercantes fondeadas ante Málaga entre 1238 y 1487. Un inventario del comercio marítimo rescatado en registros de toda Europa. «Unos cuentan ovejas y yo he contado barquitos», dice con humor.
El detalle de la iglesia y la falta de conocimiento de lo que supuso el Castil de los Genoveses para Málaga y el Reino de Granada tiene que ver con la polémica que rodeó la aparición de las murallas durantes las obras del parking y las presiones para que no se paralizaran las obras, lo que provocó que apenas un 27% del barrio fortificado se excavara y solo se documentara una vivienda de las que se encontraban intramuros. «Entonces se llegó a decir que la arqueología estaba en contra del progreso de la ciudad», lamenta Carmen Peral sobre una actuación que, pasadas las décadas y visto el gran avance del patrimonio histórico de la ciudad en las tres últimas décadas, sigue siendo muy cuestionada, pero en sentido contrario.
Los restos están visibles en el parking de la Marina, donde solo se excavó un 27% por las presiones para no paralizar las obras del aparcamiento en los años 80
Apenas un par de lienzos de aquella muralla quedan en pie, lo que dan medida de las amplias dimensiones de la ciudadela que los musulmanes cedieron a sus socios genoveses, a los que toleraban el culto a su confesión cristiana porque eran útiles para el sostenimiento del reino nazarí. «Tenían el monopolio de la exportación de la azúcar de caña, la pasa, la uva, los higos y las almendras, pero además se convirtieron en prestamistas del propio Reino de Granada», hace recuento el profesor González Arévalo que corrobora que, pese a los cientos de documentos estudiados, en ninguno de ellos aparece el comercio de vino.
En cuanto al funcionamiento, esta 'república independiente' fue lo más parecido a una embajada. «Tenía su propia autonomía y el cónsul era el que impartía también justicia en las disputas», explica el investigador sobre este puerto genovés en el corazón de Málaga que lo mismo recibía un barco de Inglaterra que zarpaba otro rumbo a Estambul. «El esplendor del comercio malagueño se produjo en el siglo XV coincidiendo también con el de la comunidad genovesa», explica la arqueóloga municipal ya jubilada Carmen Peral que añade que el fin de la hegemonía del castil llegó con la conquista de los Reyes Católicos, el desplazamiento de los mercaderes italianos y el control de este espacio estratégico que pasó a integrarse en la misma ciudad. Con el tiempo, fue perdiendo sus murallas y difuminando su memoria hasta olvidar que aquí estuvo el puerto más importante del Reino de Granada. Y una próspera 'república independiente' de genoveses.
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