Llega a Málaga Marcos Vázquez, el influencer del fitness que inspira a Luis Enrique

–Viene a presentar la edición ilustrada de 'Invicto'. ¿qué aporta frente al antiguo ejemplar?

–'Invicto' es un libro que publiqué hace unos años, que tuvo mucho éxito; lleva más de 200.000 copias vendidas. Lo que hemos hecho ahora es añadir más de un centenar de ilustraciones, hechas por un artista gráfico, Alex Maese, que ayudan a entender todavía mejor los conceptos. También es una forma de que esos mensajes lleguen a adolescentes. Las ideas visuales hacen que asentemos los conceptos de manera más duradera y más rápida. Es la versión original, pero más directa y potente.

–Ha publicado varios libros de éxito y realiza un podcast muy escuchado. ¿Pensaba que sus trabajos llegarían a tener tanta repercusión?

–No. La verdad es que empecé a divulgar casi como hobby, como una forma de llegar a la gente de mi entorno; que fueron los primeros que empecé a entrenar y a enseñarles ideas del estoicismo. Ellos fueron quienes me animaron a empezar a escribir. Luego te das cuenta que te empieza a seguir gente conocida, que hablan de ti en la televisión y nunca hubiera imaginado ese impacto ni llegar a tanta gente.

–Incluso ha llegado a ser la inspiración de Luis Enrique, en entrenador de fútbol.

–Luis Enrique es una persona muy curiosa que siempre intenta mejorar tanto a nivel físico como mental; también busca herramientas que le sirvan a sus jugadores. Entonces, encontró recursos útiles en las ideas que yo divulgo en todos los ámbitos, tanto de entrenamiento y nutrición, como de filosofía y mentalidad. Empezó primero aplicándoselas a sí mismo para después hacerlo con sus jugadores y vio que surtían efecto.

–¿Cómo combina el discurso nutricional con el de salud mental? ¿Ambos tienen que ir de la mano?

–Siempre digo que cualquier cambio externo empieza con un cambio interno y cuando digo lo segundo me refiero a la mentalidad. Mucha gente al final fracasa en su intento de cambio porque no tiene unos pilares mentales, porque no es capaz de tener un propósito claro.

–Enarbola la bandera de la filosofía estoica, ¿qué es lo que le llamó tanto la atención de esta corriente?

–Cuando empecé a leer filosofía estoica me sorprendió al ver que hablaban de lo difícil que es llevar buenos hábitos físicos y mentales en un mundo que te empuja a lo contrario. Me impactó ver que eran los mismos problemas e inquietudes que los de ahora. Antes el esfuerzo residía en resistir el impulso de ir a ver los gladiadores y el de hoy consiste en evitar estar todo el día enganchado al fútbol. Cambia el mundo, pero no la naturaleza humana; al final seguimos lidiando con los mismos problemas, miedos, incertidumbres, pereza... por eso considero que el estoicismo es muy útil.

–Menciona que nos pasamos la vida sin entender cómo usar nuestra mente, ¿cómo aprendemos a usarla?

– Los filósofos estoicos reflexionaban mucho sobre ello. Sócrates ya decía hace 2.500 años que una vida no examinada, no merece la pena ser vivida. Para mí el primer paso va por ahí, examinar los pensamientos; es decir, entender que muchas de las cosas que hacemos son de manera inconsciente; vivimos en piloto automático gran parte del día. El primer paso es ser consciente de lo que estoy pensando, de a qué cosas estoy prestando atención y luego mejorar el autodiálogo.