Alfredo Taján: «La curiosidad me hizo leer, pero también mis padres, mi tío y una profesora»
El escritor desvela sus títulos favoritos en la sección 'El libro de mi vida'. Recomienda con fervor 'Una historia de la lectura' de Alberto Manguel
claudia san martín
Málaga
Lunes, 10 de agosto 2020, 23:47
Aunque presenta un serio semblante con una mirada enigmática mientras posa para SUR con algunos de sus libros de referencia, Alfredo Taján es un ... escritor muy divertido. Nos recibe en su refugio, donde crea y se inspira a través de los miles de libros que esparce por estanterías, mesas, sillas e incluso por el suelo. Así es la cotidianidad de un amante del papel offset: ¿Dónde pongo yo este libro ahora? Puede que sea la pregunta que se hace Taján cuando llega con un nuevo ejemplar a su casa. En la entradita, por ejemplo, el escritor bromea con que está intentando tapar con tomos de un tamaño muy grueso un retrato enmarcado de cuando era pequeño, pero sin mucho éxito.
Un breve paseo por sus libros y autores de referencia es como sumergirse en un túnel de conocimiento del que se sale con muchos títulos pendientes para leer. Las recomendaciones, en este caso para los lectores de SUR, empiezan fuerte, y es que Taján aconseja conocer para introducirse en la lectura (o para saber más de ella) un repaso desde sus inicios hasta la actualidadl. 'Una historia de la lectura' (1996), de Alberto Manguel, es un recorrido desde los soportes de piedra, pasando por los papiros y la imprenta de Gutenberg hasta llegar al ebook, con ilustraciones y curiosidades que hacen valorar la importancia de toparse, en el momento exacto, con un buen libro que nos convierta en amantes de la palabra escrita. Sobre este asunto, Taján empieza la charla destacando que detrás de un lector o un escritor siempre hay otro lector: «A mí la curiosidad me hizo leer, pero también mis padres, mi tío y una profesora. En distintos ámbitos de la vida de un niño están las claves para que empiece a leer o no, si no se le incentiva va a ser difícil», cuenta con nostalgia pensando en los primeros libros que leyó y recuerda, la enciclopedia Larousse y otros tomos de Espasa que encontró en casa de su tía.
A Taján le entran las dudas cuando ha de decidirse por un par de libros favoritos, pero toma una decisión rápida y certera. 'El Satiricón', de Petronio, es para el escritor una lectura fundamental del siglo I a.C. «Petronio era el árbitro de la elegancia. Aquí están representados todos los vicios y analizas cómo cambiaron las costumbres al irrumpir el cristianismo. Este libro a mí me sorprendió mucho y esta edición parece un misal del demonio, hay escenas durísimas, desde el punto de vista sexual y de la historia», cuenta con ilusión en la mirada. Además, enlaza este punto de vista reconociendo que «hay muchos libros que son literatura pura y dura, pero que dibujan mejor la época que un historiador», como observó en 'Madame Bovary' (1953), de Flaubert o en 'La Regenta' (1884), de Clarín.
Otra de sus novelas de referencia es 'El retrato de Dorian Gray' (1890), de Oscar Wilde, un relato oscuro que fue «un escándalo en la época» y que hasta el mismo autor tuvo que censurar para no ir a la cárcel: «Aunque fue cinco años después, pero bueno. Yo prefiero la edición con censura, me gusta más porque en el silencio te imaginas cosas peores», relata Taján recordando algunas líneas de la novela en la que Dorian Gray se funde con la noche en el puerto de Londres.
De pronto, Taján aparta las novelas para centrarse en la poesía, rompiendo el hielo con sólo un nombre: «Borges. ¿Quién dicta a Jorge Luis Borges? Me lo pregunto cada día. Fue el ciego invidente que más ha visto a lo largo de los siglos. Veía mucho más allá que cualquier persona», reconoce el escritor con admiración y curiosidad.
También poesía
Continúa con sus recomendaciones, esta vez sobre Octavio Paz, donde se detiene para recitar uno de sus versos favoritos del poema 'Piedra de sol': «Voy por tu cuerpo como por el mundo, tu vientre es una plaza soleada, tus pechos dos iglesias donde oficia la sangre sus misterios paralelos», recita Taján con intensidad, explicando que Paz se lo escribió a una mujer de la que se enamoró en Madrid en plena Guerra Civil. El escritor no se olvida de Cernuda, Lezama Lima o Wallace Stevens, de quienes toma inspiración cada día entre sus palabras.
«Para mí 'El Gran Gatsby' (1925) de Fitzgerald es la novela norteamericana más importante, aunque 'Suave es la noche' también es otra fundamental, pero la primera marcó un antes y un después en la literatura americana, a la altura de Henry James», cuenta Taján en uno de sus sillones, sin dejarse atrás para intentar resumir su pasión por las palabras a 'Cocteau' (1970), una biografía de Francis Steegmuller sobre un personaje que le «cautiva» y que es «dúctil y mimético».
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