Julia en la piscina
Julia tiene ocho años y no levanta cuatro palmos del suelo. Es larga como nadie, y por eso nuestro encuentro veraniego, al fin, se hace ... tan glorioso. Mucho tiempo sin vernos, le digo. Y ella encoge los hombros como diciendo: «Pues tú verás». Julia tiene tanta agilidad como verborrea, con un acento madrileño de origen desconocido. Puede que de las pantallas, puede que del cole, puede que de sus genes, yo qué sé.
Pero estira las eses con la misma naturalidad que bosteza en el coche camino de la piscina. Lleva ya dos semanas de vacaciones, perdón, de veraneo. A su edad, ni es un oasis, ni un espejismo, es todo un mundo. Mientras los mayores nos ponemos al día en duelos y quebrantos, ella se hace la ausente, ajena pero no tanto. Luego, camino del jardín, me cuenta muy seria que a ella le gusta tanto la playa como la piscina. Y que en su cole tienen un campamento de verano donde los viernes los llevan a la playa. «¿A la de Huelin?», pregunto, haciéndome el 'guays'. «Pues claro, dónde va a ser», me dice pestañeando lento, como perdonando la obviedad. Julia corre espigada por el césped tan verde como sus ojos camino del vestuario, todo arrastre de sus zuecos rosas, rauda a ponerse el bañador de nadadora experta. «Yo prefiero bucear más que nada». Y así sale coronada con sus gafas sobre el pelo liso, como de alisado japonés, luego ya derroche de lisura para todo el día, tras la zambullida de horas en la pileta. No tiene tregua para el descanso: me pide que la tire por lo alto, y claro, procedo entre risas y griterío; que me tire en bomba, guasa tiene la niña; que le guarde las pulseras, se le vayan a perder. Y lo que se le pierde al final es un tapón de oído, al que busca repuesto de inmediato: «Que si no me repite la otitis».
Gran idea pasar este sábado con Julia: yo explicándole estilos de natación, todo pelma, y ella a lo suyo, entre churros de plástico y amigos nuevos. Los dos nos dejamos de monsergas y recalamos largo rato, ella agarrada a mi cuello y yo de pronto, ay, nadando a sus órdenes grácil y contento, que se dice fácil.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión