Juan Ortega se vestirá de torero en la Casa Natal de Picasso para la Corrida Picassiana

Un encuentro donde se sometió a las preguntas de la periodista Noelia López y en el que Ortega desveló que el próximo 8 de abril, Sábado Santo, cara a la Corrida Picassiana que se celebrará en la plaza de La Malagueta y donde compartirá cartel con Cayetano y Pablo Aguado se vestirá de luces en la Casa Natal del Picasso y junto a su cuadrilla irá andando hasta el coso emulando el recorrido que en su día hacía el pintor cuando iba a los toros en Málaga.

«Gracias a José María Luna (director de la Casa Natal) voy a tener la oportunidad de vestirme en la casa donde nació Picasso y desde aquí iré andando a la plaza. Es mi pequeño homenaje al artista. Si el maestro viviera le haría ilusión que un torero se vistiera en su casa e hiciera el recorrido que él hacia hasta La Malagueta», anunció el diestro.

Ante un auditorio donde se colgó el 'No hay billetes', durante una hora Juan Ortega reflexionó sobre al arte y la tauromaquia, habló sobre Picasso y recordó sus inicios. Sobre el pintor afirmó que le llamó la atención cuando conoció los dibujos que había hecho sobre los recortes de periódicos españoles y cuando aparecía la foto de un torero «no la pintaba». «Ese gesto denota su respeto por el toreo y la tauromaquia», destacó.

Ortega, uno de los máximos exponentes actuales del toreo clásico, puro y de arte, subrayó que el toreo es «un arte, sin discusión». «Para mí el arte es cualquier disciplina que es capaz de generar una emoción a través de la belleza y el toreo lo consigue», recalcó y añadió que además cumple las tres características que definen a las bellas artes: «La búsqueda de la belleza, que es universal y duradera».

Sobre la pervivencia de la tauromaquia en España a lo largo del tiempo, el diestro lo achacó a tres razones: a la naturaleza «especial» del pueblo español que ha tenido siempre la necesidad de buscar héroes, al clima que hace que sea un pueblo alegre y festivo y a la tierra. Consideró, asimismo, que el torero «nace», que es «difícil» llegar a ser alguien en el toreo «si no haces del toreo tu forma de vida» y que en la verónica «se encierra la esencia del toreo».

Sobre La Malagueta, Juan Ortega sostuvo que es una de esas plazas «que te llena y te sientes a gusto» y de la que destacó su luz y su cercanía al mar. En este sentido, añadió que «el sabor» de este coso y el hecho de haber ido desde pequeño a los toros marcaron a Pablo Ruiz Picasso en su afición a los toros y que se acrecentó en su exilio como una «añoranza» de su infancia y su tierra.

Ortega también recordó sus inicios como novillero y cómo aún guarda con mimo su primer capote, su primera muleta y su primer estaquillador y preguntado sobre cómo convencería a un antitaurino de que el toreo es un arte, el diestro dijo que es «difícil de convencerlo como es difícil de que él me convenza de lo contrario» y añadió que la obligación que tiene la tauromaquia es «saber transmite desde niño los valores del toreo y la verdad del toreo, es decir naturalizar el toreo».