José Antonio Marina llena el Aula de Cultura: «Trump es un genio de la manipulación»

«¿Por qué personas que pueden ser muy inteligentes pueden producir una pareja estúpida? ¿Por qué fracasamos tanto?», preguntaba el pensador toledano para introducir por qué ha indagado tanto en «la fuente de errores» de la inteligencia humana. Precisamente su último libro, 'La vacuna contra la insensatez', que presentó en este encuentro, invita a desarrollar defensas cognitivas frente a la manipulación, los errores y la desinformación.

También ahonda en las ideas que corrompen la inteligencia y vuelven vulnerables al ser humano ante la manipulación política. Justo hablando de eso junto a Alberto Gómez, Marina puntualizó: «Cada vez que decimos que Trump es un imbécil ponemos el foco de atención donde no es. Trump es un genio de la manipulación». La última victoria del político estadounidense coincidió con el momento en el que Marina terminaba su libro: «Me forzó a escribir un prólogo de urgencia porque es un ejemplo muy claro de todo lo que yo explico en el libro», comentó el pensador. Las emociones son inevitablemente víctimas de esa manipulación, según aseguró José Antonio Marina: «A veces conseguimos que la razón domine las emociones, pero no siempre. Alguien que intenta manipularnos siempre conectará con las emociones para deprimir nuestra capacidad racional».

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Pero hay algo que para el pensador toledano está por encima: «La creación de la inteligencia no es la ciencia, ni la técnica, ni el arte, ni la literatura... La mayor creación de la inteligencia es la bondad», apuntó para luego desarrollar su afirmación: «La función principal de la inteligencia es resolver problemas, que pueden ser teóricos o prácticos. Los primeros se resuelven cuando conozco la solución, pero los prácticos no se resuelven sólo cuando la tienes, sino cuando la pones en marcha. De los problemas prácticos, los más complicados son los que afectan a la dignidad y de resolver esos se encarga la ética. La puesta en práctica de la ética es lo que llamamos bondad, tener la percepción intelectual para ver la solución a los problemas».

Entre todas las preguntas que hizo Marina al público, una acabó en debate sobre el pensamiento crítico. «¿Todas las opiniones son respetables?», cuestionaba para exponer: «No es que estén protegidas por el derecho a la libertad de expresión y prensa; lo que se protege es lo que piense la persona, pero lo que esa persona opine no tiene por qué ser respetable. Si alguien por su libertad piensa que la tierra es plana, está diciendo una estupidez. El pensamiento crítico está bajo mínimos; por ejemplo, en las universidades se ha impuesto la cancelación de ideas conflictivas porque eso deprime a los alumnos. ¿A las personas que van a formar parte de la élite del mundo no le podemos poner ideas deprimentes porque se hunden? Eso es tragicómico», confesaba el escritor y filósofo.

En su visita al Aula de Cultura no tuvo miedo en plantear preguntas y responderlas él mismo, tampoco en opinar sobre lo que es la base de la educación: «Tenemos un sistema educativo potente, pero está dormido. ¿Dicen que hay que poner más filosofía en Bachillerato? Depende, porque una de las teorías filosóficas en el posmodernismo tiene como centro la afirmación de que no es posible conseguir la verdad y pretende siempre tener valores universales con teorías universales», concretó Marina, que defiende la Filosofía como un «servicio público».

En muchos temas más profundizó el pensador y también los asistentes, que debatieron junto a él en el turno de preguntas. Al terminar la cita, José Antonio Marina se quedó en la sala firmando libros que sus seguidores habían agotado en el puesto de la Librería Luces que se habilitó en la entrada. Eso demuestra que la inteligencia, la bondad y la ética que se mencionaron en el encuentro siguen queriendo refugiarse en la reflexión de pensadores de toda una vida como José Antonio Marina.