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Silvia Migue fernández

A Gandalf le pone el sombrero la iglesia

Tras el confinamiento, el arte urbano vuelve a la calle. Tenis y Silvia Watercolor regeneran un paño del cauce del río que aprovecha la arquitectura del templo de Fátima para su homenaje a Tolkien y 'El señor de los anillos'

Lunes, 1 de junio 2020, 00:24

Los encuentros en la primera fase permitieron que Silvia Watercolor y Tenis recuperaran viejas costumbres. Como dar un paseo y hablar de proyectos, a la vez que estiraban las piernas después de dos meses de confinamiento. Tenían además una cuenta pendiente: dibujar juntos un grafiti. Fue entonces cuando pasaron por la avenida de la Rosaleda y vieron en frente un paño del muro del río muy degradado que se coronaba con el pico de la fachada de la Iglesia de Fátima. Y empezaron a imaginar ese apéndice arquitectónico como parte de una obra. Primero pensaron que podía ser el capirote de un nazareno. Nada más indicado para una que cobre un nuevo sentido ese altivo trozo del templo. Pero querían un rostro para que el retrato fuera un reto artístico, por lo que pensaron en el mago Gandalf y en hacer un homenaje al mundo anillado de Tolkien. Y no tardaron en descubrir que la iglesia, convertida en la corona del sombrero del hechicero, le daba además una lectura religiosa que no era en absoluto ajena al personaje.

«'El señor de los anillos' tiene su trasfondo católico que reconoció el propio autor cuando dijo que se había criado en la religión cristiana y que la mitología de su gran obra tenía guiños a la Biblia», revela la tinerfeña Silvia Hernández Viera, 'Silvia Watercolor', para el mundo de la ilustración. Afincada en la capital desde 2017, la autora es directora de arte de la web malagueña de recursos gráficos Freepik, a la vez que dibuja y hace ahora sus pinitos con el 'street art'. «Ha sido Tenis el que me ha metido en esto, porque me daban miedo los grandes formatos ya que soy más de pinceles que de 'spray', pero teníamos esta cuenta pendiente de hacer un retrato compartido y aquí está», afirma señalando a esta obra compartida y de influencias literarias que terminaron hace una semana.

«El juego del sombrero de Gandalf con la fachada de la iglesia es apropiado porque la mitología de 'El señor de los anillos' tiene guiños a la Biblia»

Silvia Watercolor, Ilustradora y directora de arte

«Esta parte del cauce del río se encontraba muy pintarrajeada, por lo que la intención también era cambiarle el aspecto»

BorgArt - Tenis, Artista urbano

«Esperamos a que el sol ya diera sombra en esta parte del muro y estuvimos pintando hasta el anochecer», cuenta José Luis BorgArt 'Tenis', que explica que cada uno hizo la mitad del rostro –parte izquierda para ella y derecha para él, si se observa de frente– y que, visto desde cerca, permite distinguir los diferentes estilos de sus autores. «Ella tira más por la ilustración y las líneas para crear volumen, mientras que en mi caso la costumbre del 'spray' me permite trabajar directamente con manchas de color», expone el artista, que añade que la decisión de pintar a Gandalf con ese gorro eclesial fue compartida. «Yo no soy muy friki, aunque ella es un poco más», revela el autor, a lo que su compañera de mural no tarda en responder.

Silvia Migue fernández

«Friki, friki, de los de ir por ahí disfrazados no soy ni me gusta el manga o los superhéroes, pero me encanta 'El señor de los anillos'», admite Silvia Watercolor, que explica que la elección del personaje y el juego gráfico con la fachada de la Iglesia de Fátima ha tenido mucho éxito desde que colgaron la imagen en Instagram.

El grafiti redentor

Además del reto artístico de esta singular pieza, el mural en el cauce del río Guadalmedina ha dignificado una parte del dique fluvial muy degradado. «Esta parte se encontraba muy pintarrajeada, con manchas viejas y oscuras, por lo que la intención también era cambiarle el aspecto con un retrato», explica José Luis BorgArt, que es un defensor convencido del poder de transformación del arte urbano en nuestro día a día. De hecho, el artista ha liderado el movimiento regenerador de los grafitis en solares abandonados de Lagunillas –los retratos de Pepito Vargas, el Cantinero de Cuba o Mocito Feliz llevan su firma– o en la plaza Doctor Vargas-Machuca del distrito Bailén, donde han colaborado decenas de grafiteros de Málaga y otras latitudes.

Su última obra compartida es ese Gandalf el Gris que se apropia de la fachada de la Iglesia de Fátima y homenajea al maestro Tolkien. Y no ha pasado inadvertido. Aunque ya se sabe que las obras, cuando se terminan, ya pertenecen al público que lo observa. «Cuando lo estábamos terminando, una chica se acercó con su perro y nos preguntó si estábamos pintando a Joaquín Sabina», cuentan con una sonrisa.

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