Frankenstein anotado, o la perfección de un clásico

Pero la creación de esta obra vivió una época turbulenta. Según cuenta Leslie S. Klinger, una de las mayores eminencias sobre Frankenstein, además de otros personajes literarios como Sherlock Holmes o Drácula, Shelley ideó la novela durante su estancia en Villa Diodati, la residencia que Lord Byron tenía en Suiza. Su futuro marido, Percy Bysshe, estaba entonces casado con otra mujer, y durante sus estancias en la casa de Byron se cuenta que el libertinaje era una constante. Romances que terminaron con un lío amoroso que llevó a que Harriet Westbrook, antigua mujer de Bysshe, se suicidara estando embarazada de otro hombre. Y entre medias, cuando los inquilinos tuvieron que hacer frente al frío invierno de 1816, ideraon juegos en los que debían crear historias de terror. Momento en el que el germen de Frankenstein comenzó a fraguarse.

Dos años después veía la luz el moderno Prometeo, la visión que Shelley tenía de una criatura que desafiaba a la naturaleza y era repudiada tanto por su creador, como por todos aquellos a los que se acercaba. Aun así, la autora no quedó contenta con su primera versión, por lo que gracias a la ayuda de su ya marido, la reescribió un año después, y de nuevo en 1931, creando así la edición revisada.

Explicar hoy de qué trata 'Frankenstein' no tiene mucho sentido. Todo el mundo conoce la obra en mayor o menor medida, pero desde luego, no es lo mismo leer el texto en sí, que leerlo acompañado de una de las personas que más saben sobre él del mundo. Por ello, aunque existen varias ediciones anotadas, la de Akal, que cuenta además con un prólogo de Guillermo del Toro y un epílogo de la ingeniera genética Anne K. Mellor, es una delicia. Klinger se ha convertido en un referente y eso se aprecia en que cada nota. Con una introducción donde se cuenta al detalle el contexto que llevó a la creación de este libro, cada página está acompañada de una columna llena de anotaciones. Estas referencias, en su mayoría texto, aunque a veces también imágenes, no hacen más que aumentar el conocimiento que se puede extraer de la considerada primera obra de ciencia ficción. Con 200 ilustraciones, fotografías de los lugares reales que se mencionan en la obra y reproducciones del material original de 1931, estamos ante la edición definitiva del clásico.

Por si fuera poco, en su parte final se hallan seis apéndices. El primero, con la introducción original de la autora en la edición de 1831; el segundo, con la cronología de los acontecimientos de 'Frankenstein'; el tercero, un ensayo sobre la obra de Percy Bhysse; el cuarto, una recopilación de adaptaciones a teatro y cine; el quinto, la visión científica del mito, y el sexto, su posición en la cultura popular. Todo este contenido ayuda a entender aún más la brillantez de 'Frankenstein' y le confiere a esta edición el adjetivo «excepcional».