El viaje artístico de Ana Flores y sus velas

En ella, la pintora refleja parte de su universo personal con la muestra 'Femenino singular', una colección que por primera vez expone en Málaga. Un estreno individual, pero también conjunto, porque junto a sus obras también ven por primera vez la luz una treintena de trabajos realizados por sus alumnos del pasado curso.

«Dar a conocer su obra es la manera de valorar su amor por el arte y su avance en el aprendizaje, compartir experiencias con las personas de diversas edades, ocupaciones y profesiones«, afirma Flores, a la que la pintura le corre por las venas gracias a la influencia de su padre, el artista Juan Flores, y que desde su taller ubicado en Teatinos también intenta impregnar entre sus pupilos con una premisa: «Crear un ambiente cómodo de buena energía mientras todos hacemos lo que nos gusta, pintar, sin pensar en calificaciones: pintar por el gusto de aprender».

Este recorrido visual, enmarcado en el programa de apoyo a la producción cultural que promueve el Área de Juventud del Ayuntamiento de Málaga, está estructurado en tres escenarios distribuidos en la sala principal de La Caja Blanca (avenida Editor Ángel Caffarena, número 8, de lunes a viernes de 10.00 a 14.00 horas, y de 17.00 a 21.00 horas). En el central, Ana Flores trata de reflejar su «visión del feminismo vivida en primera persona» a través de una selección de óleos y acrílicos que conforman parte de la colección 'Femenino singular'. La sala está dominada por 'Proceso creativo', en la que con un estilo surrealista la autora se muestra a sí misma en el momento de concentración antes de plasmar sobre el lienzo los primeros trazos; o 'Alas en el pecho', donde hace un canto a la libertad de la mujer.

Pero si 'Arte', que se podrá visitar hasta el 29 de septiembre, es una muestra diferente es precisamente porque junto a las creaciones de Ana Flores se intercalan pinturas y dibujos de sus alumnos. Los hay de distintas técnicas pictóricas, desde dibujos a lápiz o a boli hasta óleos, pasando por acrílicos; y también de distintas edades ya que entre sus autores hay pequeños artistas de apenas ocho o nueve años, adolescentes y otros a los que la idea de desarrollar su pasión por el pincel les ha llegado algo más mayores, incluso peinando canas. Pero con la misma fascinación, la de seguir aprendiendo y creando a lo largo del próximo curso que está a punto de comenzar. Ésa es la ilusión de Ana Flores y también la de esas velas artísticas que siguen creciendo en su taller.