El viaje lleno de colores, crítica e introspección de Evelyne Rigaud en La Caja Blanca

Tras el sofá, un cartel con la palabra 'Lobotomía' resume lo que la artista critica con esta instalación. «Es el reflejo de nuestra sociedad actual, de lo que parece ser más importante, y de cómo, mientras estamos en el sofá con el móvil o cualquier pantalla, todas estas caras sin expresión nos vigilan», explicaba la artista. Evelyne Rigaud, originaria de Burdeos (Francia, 1990) vino a Málaga durante la pandemia por ser un lugar tranquilo, por su clima y por la gente, además de aprender español. Lo que empezó como una casualidad ha acabado siendo su día a día. Fue entonces cuando empezó a dedicarse al arte y así comenzó el 'Capítulo uno' de su vida, lo que da nombre a su primera exposición individual, inaugurada el pasado 14 de febrero en la Caja Blanca, que se podrá visitar hasta el 10 de marzo. Dividida en tres salas, la artista mantiene un hilo conductor con el que expresa las relaciones del ser humano con el mundo, con la sociedad, y con sus miedos e inquietudes.

Su primera obra fue un díptico con acrílico sobre lienzo. Una obra en la que ya se podía observar su claro interés por los colores vivos, las formas geométricas y la crítica a la sociedad. Ella misma se define como una persona «dinámica, espontánea, observadora e interesada siempre en aprender cosas nuevas». Sus estudios previos sobre marketing le influyen de manera directa a la hora de hacer diseños simples, utilizar colores llamativos y transmitir un mensaje concreto. Así se observa en las obras expuestas en el primer cubículo de la exposición, donde diferentes cuadros de colores representan las emociones que la artista experimenta en su día a día. «Tenemos que encajar en esas cajas, he hecho colores y matices porque cada uno es distinto, así como nuestras emociones», argumenta Rigaud haciendo un llamamiento a la diversidad y a la salud mental.

El interés de la artista francesa se centra, entre otras cosas, en las teorías, las críticas a la sociedad, el desarrollo de acciones 'in situ' y el uso del arte para reivindicar. Algo que caracterizaba a las corrientes artísticas del siglo XX. Para ella, el arte es una herramienta de cambio muy potente, además de ser «una manera de conmover a la gente, de hacer reflexionar y de cuestionar».

La prisa, al igual que la evoca en el cubículo dos de la exposición con ese reflejo de la sociedad y de cómo vive con la tecnología, también está en su modo de trabajar. La mayoría del tiempo utiliza pinturas acrílicas, además de por sus colores llamativos, porque se secan más rápido. Sin embargo, no solo pinta con ellas. «También trabajo con sprays, rotuladores, bolígrafos y pasteles», añade Rigaud. Las tablas de madera son un soporte donde su arte viaja solo. «La madera está viva, me gusta la textura y el sonido cuando trabajas sobre ella», explica. Lo digital no le llama mucho la atención porque lo suyo es el contacto directo de la piel con la superficie. Así se observa en algunas de sus obras del tercer cubículo, algo más personal, donde llega a reconectar hasta con el color rosa, el cual siempre ha detestado.

El silencio o la música instrumental son sus principales aliados a la hora de crear. Cuando se trata de geometría o letras, una idea viaja por su mente durante varios días hasta que decide hacer un boceto a bolígrafo y lápiz sobre hojas de papel. Tras esto, escoge el soporte y empieza. Algunas las realiza en el mismo día y otras, en varios, ya que las deja sanar: «Es un proceso de sacar lo que tengo dentro para poder relajarme después».

Podía pasar infinitas horas observando por la ventana los árboles y sus ramas en movimiento. Desde su infancia le hipnotizaba ver cómo el viento podía formar formas efímeras. Después de trabajar en la hostelería y el turismo en varios países, la pandemia cambió la dirección de su vida. «Antes no me había atrevido a tener el arte en el centro de mi vida, pero en la pintura y la performance encontré otra manera de expresarme y comunicarme con la gente», expresa. El punto de partida de sus obras siempre tiene que ver con su vida, sus emociones, alguna injusticia, algo que le gusta o algo que detesta, una mezcla de lo que fluye en su día a día.

'Capítulo 1' es su primera exposición individual, un conjunto de casi 20 obras realizadas entre verano de 2021 y enero de 2023 que se pueden visitar en la Caja Blanca hasta el próximo 10 de marzo. Al mismo tiempo, el 3 de marzo tendrá lugar en la Térmica el primer 'RED Friday' del año, en el que la artista realizará una performance, comisariada por la Hidden Gallery, junto a otros artistas como Cristina Savage, Jana Pacheco u Omar Janaan, entre otros. La ilusión por poder enseñar su trabajo estuvo presente desde el comienzo de la inauguración, donde, además de hacer una visita guiada de los tres cubículos, intercambió interpretaciones de quienes fueron a visitarla. Entre aplausos, Rigaud presentó la primera parte de su nueva vida.