Espárrago Rock
Voltaje ·
Durante los tres días que duró aquel festival de música nos alimentamos a base de potitosOtro acontecimiento demuestra que se está terminando la dulzura de no hacer nada: modero una mesa redonda. Son unas jornadas para profesionales de la música ... que se organiza como introducción al Andalucía Big Festival. Me da vértigo pensar en presentar y controlar las intervenciones de nueve personas con un montón de experiencia, nueve participantes, nueve almas aportando su opinión en esta enorme mesa de debate sobre la industria musical andaluza que por un momento se parece a un tablao, y en el que habitan algunas personas con una vertiginosa trayectoria en el mundo de la música. Llevaba siglos sin ver por ejemplo a Francis Cuberos, un verdadero militante de la música que, entre otras cosas, es el creador del Espárrago Rock, un festival que fue el primer evento masivo que se organizó en nuestro país y cuya primera edición data de 1989.
Yo tuve la suerte de asistir a este festival en el año 2000, que fue una edición histórica porque el viento y la lluvia provocaron la suspensión justo en la mitad de un concierto de Cypress Hill ante unas 16.000 personas y la consiguiente inundación del recinto, incluyendo por supuesto la zona de acampada y conformando unos acontecimientos que me permitieron vivir una de las experiencias más apocalípticas de las que he podido disfrutar en toda mi trayectoria vital. Recuerdo con cierta nitidez haber visto tiendas de campaña navegando a la deriva, hundirme con los pies en el barro, escuchar frases inconexas pronunciadas por gente colgada que han ido volviendo a mi memoria durante más de dos décadas (por ejemplo, un tipo al que jamás le puse cara no paraba de gritar «cambio un paquete de Winston por un chubasquero»), recuerdo también llamar a casa desde una cabina de teléfono como si estuviera retransmitiendo desde el mismo Vietnam en plena guerra, y cómo olvidar a mis acompañantes, mis amigos de entonces de los que no he sabido apenas nada en tanto tiempo y entre quienes destacaba una tal Rosa, que consideró que era una gran idea que durante los tres días que duraba el festival nos alimentáramos a base de potitos.
El Espárrago Rock se siguió celebrando después de aquella edición, con más o menos suerte, y Francis Cuberos, de una manera heroica, sigue trabajando en la música a día de hoy. Ahora que vivimos en nuestro territorio una explosión de festivales de música no está mal recordar a gente pionera como él, promotores que han sido capaces de arriesgar todo lo que tenían por un plan que se basa en ofrecer conciertos y en hacer felices a los demás. No es casualidad que la empresa de Cuberos se llame 'Música es amor'. Él también lo es.
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