Un emocionado aplauso al buen periodismo

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La «dañina última hora», como apuntó Rafael Salas, presidente de la Asociación de la Prensa, saltó a primera plana el pasado lunes en la reunión del jurado con el inesperado fallecimiento del fotógrafo Fernando González. En su memoria, por primera vez en la historia de estos premios, se le otorgó una Mención Especial. Su hijo Fernando González, que estuvo acompañado por su tía Sonia González, hizo de «tripas corazón» para honrarle con unas emocionadas palabras a la altura de su padre. Un hombre «enamorado» de Málaga, «de sus tradiciones, de sus paseos por las calles del centro y del chocolate con churros en Casa Aranda». Un fotógrafo «que disfrutó de su profesión y de sus compañeros» y un apasionado de su familia. «Ahora mismo nos está mirando desde lo más alto con su cámara para inmortalizar este momento», concluyó mientras la sala rompía en el aplauso más largo y sonoro de la noche.

Faltaba Fernando González, pero su recuerdo fue una presencia constante. «Su bondad, el ejercicio de la profesión de manera tan entregada, el saber ganarse el cariño, el respeto y la admiración de todos es el legado que nos deja», declaró el alcalde, Francisco de la Torre. «Un ejemplo de buen hacer», añadió Salas. Y a él, a Fefe, dedicó su premio Francisco Griñán, reconocido por el reportaje 'La Malaka subterránea' publicado en estas páginas. «Mucho de lo que he aprendido me lo ha enseñado él», aseguró.Como su manera de afrontar «este bendito y absorbente» oficio con su «sonrisa» y «profesionalidad». Recordó expresamente su apoyo al reportaje galardonado y agradeció, uno a uno, el respaldo de sus familiares y compañeros. Griñán, que hizo también una contundente defensa de la libertad de prensa, no quiso despedirse sin lanzar un mensaje claro y directo: «Lo cultural siempre está en peligro (...) La cultura es un destino en el que nos queda mucho por hacer y mantener». Y señaló las «cuentas pendientes» del Auditorio y el Cerro del Villar.

Porque los Premios Ciudad de Málaga pusieron este año el foco en la cultura, reconociendo también el reportaje 'Málaga, capital cultural' del programa 'Destino Andalucía'. Un galardón que Moya recogió con una reivindicación a labor profesional de la Radio Televisión Andaluza: «Cada día nos esforzamos por sacar adelante un servicio público de calidad necesario». Un trabajo en equipo, una «sensación de formar parte de algo grande», del que tampoco se olvidó Ana Blanco. «Abrumada» por el homenaje a su trayectoria, Blanco reconoció el «privilegio» que significa «entrar en la casa de los espectadores todos los días» para contarles, muchas veces in situ, los grandes acontecimientos de la actualidad. Como muchos le dicen, es ya «como de la familia». Ante los cambios que vive el periodismo con una «avalancha» de imágenes y datos, Blanco destacó la importante labor de «confirmar» las noticias y pidió a la profesión un «esfuerzo para descifrar lo que es verdad y lo que no». Para transmitir, como resaltó Francisco Alonso, responsable de Deportes, Tiempo Libre, Ocio y Medio Ambiente de la Fundación Unicaja, una «información veraz, limpia y libre de censuras». Y los premiados de ayer son el «mejor aval posible».

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