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Cura de silencio

Me gusta llevar la contraria y defender las causas perdidas,por eso no paro de viajar con la imaginación

Sábado, 2 de enero 2021, 01:29

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He pasado el fin de año con mi pareja en lugares tan distantes que escapan a los mapas. Hoy día 2 continuamos el viaje que ... iniciamos sólo escuchar las doce campanadas. Nos levantamos por la mañana temprano y sin movernos de casa planeamos sobre el mantel con la escala del mundo. Un vuelo sin motor, sin ruido, sin distancias. Desde la altura observamos el hormiguero de las ciudades: México, Nueva Delhi, El Cairo; un ir y venir de vidas minúsculas. Las ciudades tienen sentido porque hacen más soportable la soledad. Después del desayuno nos asomamos a la terraza y divisamos la silueta de África en el horizonte. Hace años tracé una línea recta desde mi casa hasta el lugar que había justo enfrente, al otro lado del mar, apunté el nombre del pueblo y fui a visitarlo. Cuando llegué los nativos me miraban extrañados. No se explicaban qué pintaba un turista en un lugar inhóspito sin el menor atractivo para nadie excepto para los traficantes de droga. Fui a la playa y perseguí con la mirada la línea recta en sentido contrario hasta llegar a mi casa. Vi lo cercanos que pueden estar los horizontes.

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