A la conquista de la Alcazaba-Gibralfaro: el imbatible monumento más visitado de Málaga

Precisamente, el mejor dato del dúo Alcazaba-Gibralfaro hasta ahora se produjo en 2019, cuando vivió una progresión de visitas en aquella década que culminó en las 1.258.265 personas que franquearon sus puertas en el año previo a la crisis del covid-19. Con respecto a aquel resultado, la nueva cifra de 2023 supone un espectacular incremento de casi el 42%, mientras que si comparamos los últimos registros con los de 2022, cuando la recuperación ya alcanzó 1.162.244 entradas vendidas, el crecimiento de visitas del último año es todavía más significativo al escalar un 53,6%.

Estos espléndidos datos de visitas se han visto acompañados de la recaudación que, también por primera vez, supera de largo los cuatro millones de euros (4,5), lo que supone cerca de 1,3 millones más que el ejercicio de 2022. Examinando el histórico de la última década, las cifras también hablan del gran atractivo para los visitantes de la Alcazaba de época taifa (siglo XI) y del castillo del siglo XIV, ya que desde 2014 han pasado por el monumento casi diez millones de personas que han dejado en sus taquillas 20,8 millones de euros.

Desglosado por meses, la estadística oficial del último año 2023 ofrece datos llamativos. Y es que los meses de verano no fueron los que registraron el tope de ocupación en el conjunto monumental. Así, el primaveral mayo fue el más concurrido al ser el único que rompió la barrera mensual de los 200.000 visitantes, seguido a distancia por agosto (176.687), noviembre (174.331) y octubre (171.459), lo que indica que el público prefiere conocer ambos castillos en fechas con temperaturas más suaves que cuando aprieta el calor. En cuanto a los espacios, la Alcazaba rompió por primera vez en 2023 la marca del millón de personas (1.072.116), mientras que hasta Gibralfaro subieron a su conquista más de 700.000 turistas y malagueños.

Los datos están a la par de los récords generales del turismo en Málaga en 2023 o las marcas históricas de referentes culturales como el Museo Picasso que, con sus 779.279 entradas, revalidó el pasado año su título de centro expositivo más visitado de Andalucía. La cercanía con la pinacoteca y con otros hitos culturales de la capital –Teatro Romano, Museo de Málaga, Catedral, Casa Natal, Pompidou– es otro los atractivos del conjunto Alcazaba-Gibralfaro que, además de encontrarse en el «epicentro» del patrimonio histórico de la ciudad, está favorecido por el buen clima y el «reclamo de las mejores vistas de Málaga», aseguró ayer a SUR la concejala de Cultura, Mariana Pineda.

La visita en familia es una de las claves de este espacio monumental, aunque la concejala reconoce que, hasta el momento, nunca se han realizado estadísticas del perfil de visitantes, un análisis que a partir de ahora se va tener en cuenta. «Queremos trabajar el tratamiento de los públicos para interpretarlos, acercarnos a la ciudadanía y aumentar los nuevos públicos de la Alcazaba-Gibralfaro y mejorar la relación con los públicos fieles», explicó la edil de Cultura, que también considera que se puede optimizar la venta de entradas y su acceso a través de Internet –disponible desde 2021–.

La concejala propone incluso que se oferte una entrada conjunta a los monumentos y museos gestionados por las diferentes administraciones (Junta y Ayuntamiento) y fundaciones privadas. «Se puede potenciar la venta de entradas con una combinada que incluya el Pompidou, el Museo de Málaga, el Picasso... para facilitar al visitante su experiencia y tenga que hacer la menor gestión posible», aseguró Pineda que, ante la habitual reticencia de las instituciones públicas a colaborar en paquetes conjuntos, replica que «si te vas a Londres, Nueva York y Praga, lo puedes hacer; está todo inventado».

La gran asignatura pendiente del conjunto Alcazaba-Gibralfaro es su plan integral de conservación que, tras el acuerdo entre la Junta y el Ayuntamiento, lleva redactándose dos años por parte de la Gerencia de Urbanismo y todavía se extenderá varios meses para la Alcazaba, aunque más para Gibralfaro. Una culminación a la que seguirá su laboriosa aprobación por parte de la Consejería de Cultura por su protección como Bien de Interés Cultural (BIC) . «Se sigue trabajando en el plan, a lo que hay que sumar las autorizaciones de la Junta y ahí la desgracia en materia cultural es que esto trae cola y es desesperante. Así que contra eso no podemos ser infantiles y creer que se va a despejar de un momento a otro», reconoció con pragmatismo Mariana Pineda que lamentó que la recaudación del conjunto fortificado no se pueda invertir en su mejora y rehabilitación por la dificultad de los proyectos de licitación.

Ante esta situación y de forma paralela al plan integral, el Ayuntamiento quiere impulsar actuaciones más concretas y ágiles que no tienen que ver con la conservación, aunque sí con la mejora de las instalaciones. Así, la concejala ha puesto en marcha «un proyecto en la parte interna de la Alcazaba-Gibralfaro para iluminar completamente el monumento de tal forma que se pueda ampliar su disfrute en horario nocturno durante todo el año». Por su parte, la conexión interna de ambas fortificaciones a través de la Coracha no se ha podido presentar tampoco este año a los proyectos financiados por el Gobierno con el 2% cultural, ya que su redacción aún no se ha concluido. Unas mejoras eternizadas que hace ya décadas son inversamente proporcionales al interés que despierta el monumento entre propios y extraños.