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En la Costa del Sol también cae la noche. Esa podría ser la línea de guion conceptual de 'Hamburgo', la película sobre la trata de ... mujeres y la prostitución que muestra la cara más amarga y oculta de Málaga. Esa que aflora en las páginas de sucesos cada vez con más asiduidad y que habla de jóvenes extranjeras esclavizadas y engañadas, tiroteos y ajustes de cuentas. En este 'thriller' hay playas sin tumbonas, pero sobre todo una costa sin sol ni luz, de acento poligonero de El Palo al puerto, escenarios que se salen lo convencional bajo la mirada de Lino Escalera, uno de los talentos del Festival de Málaga tras su triunfo con 'No sé decir adiós' (2017). El director este viernes en cartelera esta película independiente con el protagonismo de una de las grandes estrellas de nuestro cine, Jaime Lorente, el popular actor de 'La casa de papel' y 'Élite'.
«La verdad es que huimos de esas postales de la Costa del Sol y nos centramos en un relato nocturno y mucho más oscuro que envuelve este universo tan sucio como el de la trata», asegura a SUR el propio director que, lejos de recurrir al estigma de La Palmilla para legitimar la historia, opta por recrear una ciudad impersonal, fría y de extrarradio para narrar la historia de Germán, un bala perdida en rehabilitación de sus adicciones que comienza a trabajar como chófer de un puticlub, en el que trabaja Alina, una joven rumana que trata de huir de una vida que no soporta y que lleva siempre una sudadera con la palabra 'Hamburgo' como si fuera un recordatorio de su destino está en otro sitio. Aunque su objetivo no es llegar tan lejos, sino que le den trabajo en un bingo de El Palo, como le ha prometido un cliente.
«Trata hay en todo el territorio, pero los grandes focos están en las áreas metropolitanas de Madrid, Barcelona y Málaga. Y aunque se podría haber ambientado en cualquier sitio, lo cierto es que la geografía de la Costa del Sol era mucho más interesante visualmente a la hora de enclavar la película», confiesa Lino Escalera, que además ha buscado ese ambiente crepuscular y sucio de la película volviendo al cine de siempre, a la cámara con negativo de 16mm y al grano en lugar de la perfección digital. «'Hamburgo' es una mirada muy, muy, muy personal sobre un género que siempre me ha fascinado», asegura el cineasta, que confiesa que más que ante un 'thriller' estamos ante una película «negra» con toques de drama y cine social.
Y más que tiros -que los hay-, este filme de personajes «habla sobre nuestra capacidad para invisibilizar el dolor ajeno y de la necesidad de empatizar con el dolor de la persona que tenemos enfrente en ese universo extremadamente cruel que es el de la trata de mujeres», explica el cineasta que ha tardado ocho años en concluir este proyecto que presentó fuera de concurso en el pasado Festival de Málaga, aunque en este tiempo el director ha seguido activo con proyectos de encargo, como los populares títulos 'Elite' y 'Alta mar'. Su próximo proyecto personal, del que no suelta ni el título, cambiará no obstante de formato, ya que prepara una serie con Pablo Remón y Roberto Martín, colaboradores habituales de sus proyectos.
Por el momento, lo que cuenta, dice, es el estreno este viernes en cartelera de 'Hamburgo', rodada en Rincón de la Victoria, Torremolinos, Guadalmar y El Palo, aunque también en localizaciones de Toledo. Y con un cabeza de cartel que firmaría cualquier director en la actualidad. Tan rifado está, que Lino Escalera ni pensó en Jaime Lorente porque su ámbito natural son ya las grandes producciones de nuestro cine. «Solo fue necesario que leyera el guión y, la verdad, no tuve que convencerle mucho más», asegura el cineasta, que añade sincero que «no esperaba que fuéramos a trabajar juntos. No por nada, sino porque sinceramente no había pensado en él, pero apareció e hizo una prueba impresionante. Y él era consciente de que era un buen personaje con el que podía experimentar e investigar».
El resultado es ese Germán con más intenciones que voluntad, más sentimientos que cabeza, más nobleza que maldad, pero carne de cañón. Al actor le arropa además un excelente reparto en el que destaca el «descubrimiento» de la rumana Ioana Bugarin, que hace un «impresionante trabajo de inmersión a la hora de dar vida a una prostituta con una realidad tan cruel»; el villano encarnado por Roger Casamajor, otro actor en un momento dulce que un día llegó ronco al ensayo y ya se quedo con esa voz para componer a su mafioso segundón con toque de 'padrino' de barrio, y la malagueña Mona Martínez, que encarna a la madre del protagonista y que, con un par de escenas -rodadas en un chiringuito de Guadalmar en un día lluvioso-, consigue de los mejores momentos de la película.
«Esas escenas con Mona son de las que más me gustan. Mira, estoy hablando de ellas y se me ponen los pelos de punta, porque además ese día de rodaje en Málaga fue para mí de una alta intensidad emocional. Les veía a ambos -Lorente y Martínez- interpretar esas secuencias y terminé llorando», admite Lino Escalera, que confiesa que con la malagueña también ha cumplido un deseo. «Conozco a Mona desde hace muchos años y llevaba intentando trabajar con ella desde hace mucho tiempo. Tenía clarísimo que el papel de la madre tenía que ser para ella y se lo di directamente», abrocha el cineasta que llega a la cartelera con un 'thriller' diferente ambientado en una Costa del Sol también diferente.
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