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María Donoso
Sábado, 16 de noviembre 2024, 11:52
Desde hace décadas, Studio Ghibli ha sido sinónimo de belleza, emoción y creatividad sin límites. Las películas del estudio, fundado en 1985 por los legendarios ... Hayao Miyazaki, Isao Takahata y Toshio Suzuki, han cautivado a generaciones con historias que celebran la naturaleza, la resiliencia humana y la magia que se encuentra en lo cotidiano. Este enfoque les llevó a conquistar Hollywood, siendo 'El Viaje de Chihiro' la primera película animada no anglófona en ganar un Óscar en 2003. El estudio demostró que las películas animadas podían ser mucho más que simples cuentos infantiles. Pero más allá de sus imágenes sublimes y narrativas profundas, hay un elemento que la 34ª edición de Fancine quiere destacar del Studio Ghibli y que se ha convertido en el corazón palpitante de sus obras: la música.
Disfrutamos la interpretación de algunas de las principales pelis de Studio Ghibli bajo la dirección de José Luis López Antón pic.twitter.com/unEHM09fiN
— Fancine Málaga (@FancineMalaga) November 15, 2024
El tradicional concierto del Fancine de la Universidad de Málaga rinde este año homenaje, junto con la Orquesta Sinfónica de Málaga, al estudio japonés que marcó un antes y un después en la animación mundial. Joe Hisaishi, el compositor detrás de las bandas sonoras de Ghibli, ha creado un universo sonoro que no sólo acompaña las películas, sino que las define. Sus composiciones no son meros fondos musicales; son un personaje más, capaz de trasladar a los espectadores a mundos donde la imaginación no tiene límites. Las notas de sus partituras logran lo que pocos compositores consiguen: «permanecer con nosotros mucho después de que las luces del cine se apagan». Es imposible pensar en el vuelo de Nausicaä, los viajes de Chihiro o los paseos por los campos de flores de Sophie sin escuchar la música que los acompaña.
En 'Nausicaä del Valle del Viento', Hisaishi combinó sintetizadores con una orquesta tradicional, creando un sonido único que subrayaba la lucha entre la humanidad y la naturaleza. Aunque esta obra precedió oficialmente a la creación del estudio, marcó el inicio de una estética musical que definiría todo lo que vendría después. Con 'El Castillo en el Cielo', la música se volvió más expansiva y épica, con temas que capturan tanto la melancolía de un reino perdido como la emoción de una aventura en los cielos.
Cada banda sonora de Ghibli refleja la esencia de su película. En 'Kiki: Entregas a domicilio', las melodías transmiten calidez y ligereza, evocando el espíritu esperanzador de una joven bruja que encuentra su lugar en el mundo. Por otro lado, 'La Princesa Mononoke' presenta una composición majestuosa y profunda, que acompaña una narrativa más madura y tensa. En esta película, Hisaishi utiliza coros poderosos y cuerdas dramáticas para intensificar la lucha entre los humanos y el entorno natural.
Pero si hay una obra que ha calado en el corazón de millones, incluso el de la cantante estadounidense Billie Eilish, es 'El Viaje de Chihiro'. Aquí, la música logra algo extraordinario: ser a la vez sutil y vibrante, reflejando el misterio y la magia de un mundo lleno de espíritus y dioses. Es en esta película donde Hisaishi muestra su maestría al evocar emociones contradictorias, como el miedo y la esperanza, en una sola pieza. Del mismo modo, 'El Castillo Ambulante' es recordado por su icónico vals, 'Merry-Go-Round of Life', que encapsula la esencia de la película: una danza entre la nostalgia y el descubrimiento.
La música de Ghibli no solo acompaña escenas inolvidables, sino que se convierte en un himno para quienes crecieron viendo estas películas. 'Mi vecino Totoro' es un ejemplo de esto. Su tema principal, alegre y optimista, es un recordatorio de la infancia y de la magia que se esconde en los pequeños momentos. Del mismo modo, 'Ponyo en el Acantilado' y su música juguetona reflejan la energía inagotable de la infancia, mientras que 'El Viento se Levanta', más sobria y melancólica, cierra un ciclo en la carrera de Miyazaki con una reflexión sobre los sueños y los sacrificios.
La noche del viernes 15 de noviembre, en el salón de actos de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería (E.T.S.I), las notas de Jose Hisaishi resonaron como nunca antes, transportando a los espectadores «al corazón de los mundos que Studio Ghibli crea con tanta dedicación». La Orquesta Sinfónica de Málaga ofreció un espectáculo dinámico, sonoro y visual. El público no sólo escuchó las partituras más memorables, sino que también pudo disfrutar de las imágenes de las películas proyectadas, mientras se fundían con la música y la locución por parte del director invitado, José Luis López Antón, quien dejó resumido en palabras el impacto de la música de Ghibli: «En un mundo tan acelerado, esta música, estas bandas sonoras, son un recordatorio de los elementos que más felices nos hacen».
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