Charo López: «Desde que me jubilé hago lo que quiero»
La mítica actriz de 'Secretos del corazón' pasa por el Centro Cultural La Malagueta y confiesa a SUR que no se le quitan las ganas de hacer cine, aunque a su manera
Su nombre al frente de un reparto siempre ha sido un estímulo poderoso para directores, productores y público. También para la prensa, como demuestra Charo ... López (Salamanca, 1943) en esta entrevista en la que destila sabiduría, ternura, desencanto, humor y esa fuerza arrolladora que siempre le ha acompañado en la pantalla y el escenario. La mítica actriz de 'Los gozos y las sombras' y 'Epílogo' pasó ayer por el Centro Cultural La Malagueta para participar en el ciclo 'Vida pública', aunque antes habló con SUR de su Goya por 'Secretos del corazón', su debilidad por Gonzalo Suárez, de los directores actuales que le gustan, de sus ganas de seguir trabajando pero desde la libertad que le dan sus casi 80 años, de su proyecto de homenajear a las mujeres de la Generación del 27, Las Sinsombrero, y de la vejez, que no se corta en calificar como «fea, bueno triste».
–¿Cuál es el argumento de la vida actual de Charo López?
–Lo más significativo es que estoy viviendo una tranquilidad que no he conocido a lo largo de mi vida, de mi carrera, porque siempre, siempre he estado trabajando. Pero desde que me jubilé, hago lo que quiero porque no necesito trabajar. Y esa sensación de libertad; de si quiero digo sí, si quiero digo no; me permite quedar con amigos, leer mis periódicos, pasear, leer libros… todo eso no lo conocía porque siempre he estado preocupada por el siguiente contrato. La gira y el recital que estoy haciendo es porque me apetece muchísimo.
–¿Se refiere a 'Verso a verso'?
–Sí, hago un recital de poesía que tiene, digamos, varias versiones. En 'Verso a verso' recito a la Generación del 27, aunque lo próximo que haga son 'los místicos', con la poesía mística española que me gusta muchísimo, es muy distinto y a la gente le entusiasma. Y ahora estoy preparando otro que será sobre Las Sinsombrero.
–Ah, sobre las mujeres fueron la cara oculta del 27.
–Efectivamente, esas autoras cuya poesía quedó relegada. Lo de siempre, porque no era el momento que estamos viviendo ahora. Entonces, la poesía femenina no importaba nada. Un disparate. El barítono Luis Santana, mi compañero, lo ha puesto en marcha, así que estamos con ilusión porque a todo el mundo le gusta y la gente que no las conoce se sorprenderá.
«Yo canto en casa, pero claro, cuando me oigo, me llevo unos disgustos»
–Usted lee tres horas al días. ¿También escribe?
–No, ya me gustaría. Esa es una frustración que tengo. Ni escribo ni canto, mis dos frustraciones más grandes. Con lo que me hubiera gustado cantar. Yo canto en casa, pero claro, cuando me oigo, me llevo unos disgustos.
–A punto de cumplir los 80, ¿cuál es su balance?
–Mi carrera no me ha podido dar más alegrías. Siempre me han valorado muy bien y he tenido la suerte de tener repercusión popular. Después he hecho cosas como 'Niebla' de Unamuno y no se ha enterado nadie. He hecho proyectos de calidad y prestigio, pero de pronto una serie se hacía popular, como 'Los gozos y las sombras', y llegué al cielo, o hice 'Fortunata y Jacinta' y llegué al cielo. Lo mismo con 'Tengamos el sexo en paz' en el teatro. He tenido la suerte de conectar en momentos importantes de mi carrera con el público a nivel popular y con calidad. De mi carrera, lo que menos contenta me tiene es la brevedad de la vida. No quiero amargarme el día, pero la vejez es fea. Bueno, no es que sea fea, es triste. Hago ese balance, pero ojalá este tiempo lo alargue todo lo que pueda y lo disfrute.
–¿Por eso se mantiene en activo?
–Me da mucha vida. Me chifla participar en encuentros como el de Málaga porque la gente tiene, en este momento, muchas ganas de saber cosas porque está todo muy alborotado y hay muchas interrogantes en el aire. Fíjate ahora con la inteligencia artificial, con las violaciones de niñas por chicos menores de edad. Las cosas que están pasando en el mundo son atroces y yo creo que la gente está muy sensibilizada.
«El más y el mejor»
–Estos días se celebra el Festival de San Sebastián. ¿Echa de menos el cine?
–En los festivales lo he pasado muy bien. Lo que pasa es que la industria ya no es como antes, que tenías a tus productores en la Gran Vía e ibas y te tomabas una copa, un café o un aperitivo. Ahora esa gente no sé dónde está porque son plataformas. No echo mucho de menos todo aquello. Me volvería loca hacer cine, pero películas como algunas de las que he hecho en la parte más interesante de mi carrera, porque si no, no.
–¿El cine le fue dejando a usted o fue el revés?
–Ese es un proceso que tú conoces muy bien. Es ley de vida. En esa profesión hay un momento en el que estás arriba, arriba, arriba, que es cuando una mujer está en lo mejor de su edad y le llegan las mejores ofertas de trabajo. Cuando va bajando el físico vas haciendo más tías, abuelas y madres, pero eso es lo normal. Pero no sé la pregunta exactamente cuál es.
–Pues las razones de esa reducción, que usted contrarrestó con teatro.
–Claro. Cuando ya la imagen no es exactamente lo que por desgracia pide esta sociedad –que son chicas jóvenes y guapas, aunque eso ya está cambiando, pero va muy despacio– tuve la suerte inmensa de poder entrar en el teatro. Tuve una época en Argentina [finales de los 80] que fue una maravilla y que fue realmente el cambio y el despegue porque hice teatro para parar un tren y fui una reina. Pero no creas que esa es solo mi historia, sino la historia de todos.
«Me volvería loca hacer cine, pero películas como las que hice, porque si no, no»
–¿Con qué director se ha entendido mejor?
–Bueno, con Gonzalo (Suárez). Con él empecé mi carrera y, si las cosas van bien, rodaremos dentro de poco otra nueva película. Mi vida está tan ligada a él que no lo puedo poner entre muchos, sino que Gonzalo es el más y el mejor. Y luego tengo a Montxo Armendáriz, con quien he ganado además de un Goya gracias a una película extraordinaria. Con Mario Camus rodé muchísimo. La verdad es que he trabajado con muchos directores con los que he sido muy feliz.
–¿Y con qué director actual rodaría sin pensárselo?
–Julio Medem me vuelve loca. Y Bayona que acaba de hacer una película prodigiosa, 'La sociedad de la nieve', que es una maravilla. Víctor Erice también, que acaba de terminar 'Cerrar los ojos, otra preciosidad. Formar parte de esos repartos sería el cielo, pero no hay demasiadas películas así de ese nivel tan alto.
–¿Sigue yendo al cine?
–Voy al cine todas las semanas, dos veces si puedo. No tengo todavía bastón y voy por mi propio pie. Estoy en el mundo. Estoy viva. ¿Cómo que si voy al cine?
–Bueno, se lo preguntaba porque mucha gente había dejado de ir a las salas tras la pandemia.
–Eso es parte de mi alimento y de mi vida. Ir al cine, leer libros. Voy al teatro muchísimo. Me encanta. Es que yo no concibo que uno, habiendo pertenecido a esta profesión, de pronto diga un día que me quedo en casa a hacer punto. Eso no lo entiendo.
–Cómo actriz, ¿cómo ve la huelga en Hollywood?
–Esa huelga no tiene nada que ver con España. Ellos la están haciendo, la han ganado los guionistas y ahora lo van a ganar los actores. En mi época las condiciones laborales eran estupendas. En este momento hay otro sistema de contratación que pasa por las grandes plataformas, así que cuando a mi me llamen, iré y me enteraré.
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