Montoro enciende los ánimos del cine español

«Si se confirman las nuevas deducciones fiscales al cine ya puedo olvidarme de poder rodar World War Z 2 en España. Debe tratarse de un error», escribía en su cuenta de Twitter Juan Antonio Bayona al conocer la noticia. Francisco Ramos, productor de la cinta española más taquillera del año pasado, Zipi y Zape y el Club de la Canica, tampoco daba crédito. «Llevamos meses en negociaciones y esta generosa subida no representa nada para una película. Es una tomadura de pelo, quiero pensar que en la tramitación subirán al 30%. Si no, apaguemos».

Ramos explica que la nueva exencial fiscal supone apenas 20.000 euros para un largometraje. «Una mierda, nos hemos gastado más en abogados durante las negociaciones. Si no quieren que hagamos películas que lo digan», lamenta. El importe máximo de la deducción no podrá superar los 3 millones de euros, por lo que una cinta como Lo imposible, que costó 30 millones, tendría muy complicada su financiación. Cuando entre en vigor el texto legislativo, los rodajes extranjeros en España ya no necesitarán un coproductor español como hasta ahora en forma de Agrupación de Interés Económica (AIE). Pero solo podrán desgravar el 15%, cuando países como Alemania, Italia o Francia llegan al 40%.

España, un plató natural

«Es un problema de competencia. Con estas cifras no podemos competir con otros países y el resultado es dañino para la industria española», condena Ramon Colom, presidente de los productores agrupados en FAPAE. El anteproyecto debe empezar ahora su tramitación para que pueda convertirse en ley y entrar en vigor el 1 de enero de 2015. En las conclusiones de la Comisión Mixta, en la que intervino Colom, se acordó que el porcentaje no podría ser menor del 30% para poder competir con el resto de países. «Esperamos que en los trámites gubernamentales y parlamentarios que quedan para que el texto sea definitivo podamos enmendarlo», confía el presidente de FAPAE.

El Gobierno de Mariano Rajoy dejó claro cuando accedió al poder que iba a cambiar el sistema de ayudas al cine: financiación y mecenazgo en vez de subvenciones. En tres años las ayudas directas se han recortado hasta los 33,7 millones de euros, frente a los 340 de Alemania o los 770 de Francia. Sin embargo, el retraso en la puesta en marcha de un nuevo sistema de financiación provocaba inseguridad jurídica en el sector. Todos los productores coinciden en que las mejoras que preveé Montoro no van a atraer a ningún inversor.

«Si no es un error solo cabe juzgarlo como una provocación», condena Belén Atienza, productora de Lo imposible y que estos días prepara la nueva cinta de Bayona, Un monstruo vino a verme. Para Atienza, el Gobierno parece desconocer el potencial del cine como fuente de riqueza. Pone el ejemplo de Reino Unido, que con una desgravación fiscal del 25% «tiene todos los platós llenos». «Yeso que Inglaterra no es un plató natural increíble como España, donde encuentras todo tipo de paisajes».

La productora encuentra «descorazonadora» la falta de voluntad política del Ejecutivo y vaticina que, si prospera la reforma fiscal, España dejará de ser escenario de producciones internacionales. «Estoy en contacto con productores extranjeros y todo el mundo estaba mirándonos. Ahora hemos dado un paso atrás que nos borra del mapa».