Con Charlotte de Witte se hizo la luz en Málaga
La DJ belga firma un llenazo en la segunda entrega de Sophie, en la que miles de personas acuden al Ogus Park para disfrutar de la mejor electrónica
Cuando se forman marabuntas festivas como las de este sábado, en el Ogus Park, donde se celebró la segunda entrega de Sophie de este verano, ... quedan muchas estampas explosivas. A Charlotte de Witte la llaman la reina del techno. En tiempos de inflación hiperbólica, puede sonar a tópico de usar y tirar. Pero en este caso se dio la famosa excepción que confirma la regla. Sangre azul o sangre roja. Da igual. Si le cortan las venas a uno de los miles de asistentes que llenaron el espacio, lo que sale es la resaca de dos horas de techno vertiginoso.
De Witte confirmó la razón por la que lleva años en lo más alto, en una noche que no fue fácil. Problemas con la electricidad, que se solventaron sobre la marcha, podían haber acabado con una fiesta arrojada por el retrete. No fue así y prueba de ello es que, al acabar su sesión, el auditorio pedía más.
De Witte actúa bajo este nombre desde 2015 y, desde entonces, se ha creado un verdadero 'hype' en torno a su figura. Los primeros repasos a las pistas de baile en su Bélgica natal los hizo bajo el seudónimo de Raving George.
Mucho ha llovido desde entonces. Este sábado ofreció una sesión fiel a su estilo conciso: melodías contundentes y una ratio de bmp alta. La enorme pantalla que preside el escenario bien pudo ser el respaldo de un trono. Había pasado a negro y no volvió a la vida hasta que De Witte entró en acción.
La artista belga, nacida en Gante, dejó las cosas muy claras desde el principio. La sesión no se hizo de rogar y enseguida adquirió impulsos fuertes y veloces desde el inicio. Sin concesión para el descanso, interpretó versiones que ponían a prueba a la capacidad motora de un público que estaba a punto de ver peligrar su estabilidad osea.
De Witte capturó la atención y logró exprimir las ganas de fiesta de los asistentes. Una y otra vez demostró que no iba a cesar en su empeño de mantener el pulso de la noche. La DJ brilló con una secuencia de temas que elevó el ánimo de la parroquia.
Decir que tuvo que luchar contra molinos es exagerado. Pero los problemas mencionados impidieron que la belga pudiera exprimir la potencia de sonido que, en circunstancias normales, ofrece el Ogus Park. Fue la nota negativa. Que los audiovisuales fallen se sobrelleva. Lo mismo pasa con las luces estroboscópicas. Pero fue la falta de volumen la que impidió que una noche de sobresaliente se clausurara con matrícula de honor.
El italiano Enrico Sanguiliano precedió a De Witte y ya dejó la pista medio en ebullición, aunque fuera el más afectado por el corte de luz. Y con la DJ belga, la noche no se iba a venir abajo. La gente echó de menos el 'The Age of Love' en su actuación de hace justo un año, pero esta vez no faltó y fue uno de los momentos en los que se alcanzó el éxtasis. Otro fue cuando sonó el 'No Division', que la belga firma en colaboración con XALT.
A las 02.00 horas dejó de sonar la música y la sensación general era la que en una monarquía con De Witte, al menos entre los que acudieron al Sophie, no se pedirían guillotinas y sí una eternidad en el tiempo. La promotora prosigue ahora con su tercera entrega, que está fijada para el 18 y 19 de julio, con Nina Kraviz y Ricardo Villalobos, entre otros.
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