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Sr. García .

El barco

Nos metíamos en la piscina vacía sin una gota de agua, y nadábamos por el suelo perpendicular hasta llegar a lo hondo

Sábado, 29 de julio 2017, 00:49

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Mi amiga Cristina vivía con sus padres y sus dos hermanos en un chalet enfrente del mar que se llamaba ‘El barco’. Al llegar el ... verano, a menudo me invitaban a pasar el día. Nos metíamos en la piscina vacía, sin una gota de agua, y nadábamos por el suelo perpendicular hasta llegar a lo más hondo. Hacíamos carreras y siempre ganaba Miguel, el hermano mayor. Al caer la tarde, regresaba a casa con los ojos irritados por el cansancio. Cuando mis padres preguntaban cómo lo había pasado, les contestaba que muy bien, que habíamos estado casi todo el tiempo en la piscina. «No hace falta que lo jures, tienes los ojos como tomates», ellos pensaban que tenía los ojos enrojecidos por culpa del cloro.

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