Francesc Torres, precursor del arte conceptual, gana el Premio Velázquez
El creador ha trabajado en la escultura, la instalación, el videoarte y la fotografía, al tiempo que se ha interesado por la guerra y la memoria
El Premio Velázquez, dotado con 100.000 euros, recayó este jueves en Francesc Torres (Barcelona, 76 años), por un arte que ha transitado de la ... escultura al género conceptual, la instalación multimedia y ahora la pintura. La trayectoria de Torres se distingue por una fuerte vocación política que invita a reflexionar sobre la memoria y la historia. El creador, que vivió durante muchos años en Nueva York, ha expuesto en grandes museos de todo el mundo.
Según el jurado, Torres ha abordado temas esenciales como la guerra, la identidad, la memoria histórica y el impacto de los medios de comunicación en la percepción del mundo. «Su excepcional práctica artística sigue influyendo tanto a artistas contemporáneos como a estudiosos del arte, y su obra continúa interpelando al público a reflexionar sobre la memoria y la historia», dice el acta
El premiado, uno de los artistas con más proyección internacional, trabajó con los restos materiales recuperados de la Zona Cero de las Torres Gemelas y en 2021 montó la instalación 'Aeronáutica (vuelo) interior' en el MNAC, en la que exhibía un bombardero republicano de la Guerra Civil suspendido en forma de cruz del techo de la Sala Oval.
Aprendiz
Francesc Torres trabajó de aprendiz en el taller de impresión de su padre y se formó como artista gráfico. Continuó sus estudios en la École des Beaux Arts de París en 1967 y se convirtió en asistente del artista Piotr Kowalski. Durante este período, empezó su obra de línea industrial, que apostó por las estrategias formales y materiales del minimalismo. A partir de mayo del 68 redirigió sus actividades y trabajó en carteles para el movimiento de obreros y estudiantes.
En 1970 regresó a Barcelona para hacer el servicio militar obligatorio, una experiencia que le sirvió como fuente de información de primera mano sobre el comportamiento castrense y que le resultó de utilidad para su obra posterior. Poco tiempo después se trasladó a Chicago, y más tarde a Nueva York, donde residió hasta el 2001.
En 1991 el Reina Sofía (Madrid) le dedicó la exposición retrospectiva 'La cabeza del dragón'. Por esas fechas expuso en diversas instituciones españolas y galerías como el Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) o la Fundació Antoni Tàpies (Barcelona).
En noviembre de 2023 presentó en Barcelona la obra titulada 'La maldad bienvenida', que inducía al visitante a pensar en la experiencia bélica, toda una declaraciones de intenciones en un creador en el que la guerra, las armas, la tecnología, la automoción y la maquinaria militar han desempeñado un papel crucial.
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