Antonio Banderas devuelve a Málaga el brillo de Broadway con 'Company'

«He hecho un esfuerzo en mi agenda para volver a relanzar el proyecto», asegura el malagueño. 'Company' es un paso más en su apuesta por hacer del Soho CaixaBank un «centro de producción que se iguale a Madrid o Barcelona». Con el pegadizo tema que da nombre al musical y que abre la función, Banderas mostró a la prensa en apenas unos minutos el potencial técnico y humano de 'Company'.

Frente a la desnudez de 'A Chorus Line', este musical gana en espectacularidad con proyecciones en 3D con la técnica audiovisual del mapping, con un escenario giratorio y con una escenografía envolvente que toma literalmente el teatro con los rascacielos de Manhattan colándose en el patio de butacas. «Un escenario distinto, sofisticado, sin abandonar la idea de hacer un teatro muy puro y muy simple», apostilla el actor y director malagueño.

Los 26 músicos de la orquesta que dirige Arturo Díez Boscovich se distribuyen en los flancos del escenario en diferentes alturas, integrados en las torres de Nueva York como vecinos de la ciudad que nunca duerme. «Me apetecía que formarán parte del espectáculo. En algún momento, los metales salen y forman parte de la acción», avanza sentado sobre el escenario, rodeado de las típicas escaleras de emergencia de Manhattan que cumplen también una función en el musical. «No son un armatoste muerto».

Con 'Company', Banderas sigue en la línea de rescatar para el público español musicales que han sido una «referencia» en Broadway, pero que no entran en los planes de las grandes compañías de Europa. Stephen Sondheim, «una de las grandes leyendas vivas» del género, firma las composiciones de esta propuesta. Una partitura «atrevida» en palabras de Arturo Díez Boscovich, director musical, que pone como ejemplo la valentía de Sondheim al «musicalizar una onomatopeya».

La obra no tiene una narrativa tradicional, funciona como una serie de 'sketches' en torno a un personaje central, Bobby. En ellos se aborda el compromiso, la amistad y la vida de pareja. «Se tocan temas muy delicados. Es conmovedora y es dura, toca mucha fibra sensible y hace pensar», añade Díez Boscovich. Todo con la mirada y la estética de los años 70. «Hay un humor que entonces tenía un efecto inmediato y que hoy se ve de una manera absolutamente distinta», explica.

Ahora solo falta que el público responda a esta nueva propuesta, cuyas entradas oscilan entre los 25 y 150 euros. «Estamos que nos estrenamos encima ya», bromeaba en la presentación la intérprete Dulcinea Juárez. Banderas confía en que los espectadores repitan la «sorpresa» que fue 'A Chorus Line', el éxito de taquilla que superó todas las expectativas. Pero apostilla: el Soho CaixaBank no está diseñado como un proyecto «para hacer dinero», sino para dar «calidad».

Banderas quiso despedirse con el mensaje que viene repitiendo en las últimas presentaciones: «En un tiempo prudencial este proyecto tiene que funcionar sin mí. (...) La gente tiene que empezar a pensar que este teatro sin mí mantiene esta calidad».