Álvaro Calafat repasa este jueves las claves de su trayectoria en el Aula de Cultura

Álvaro Calafat se sale de la agenda de la Fashion Week de Madrid para montar su propio desfile en la capital un día antes de que comience la Semana de la Moda, el 12 de septiembre. Un golpe de efecto, un órdago, con el que la firma de Álvaro Calafat y Ana Ponf busca impactar al mundo de la moda con un evento personalizado al extremo que servirá de escaparate a su colección.

Antes de eso, la pareja de diseñadores repasará su trayectoria en el Aula de Cultura de SUR que se celebrará en la Fábrica de Cervezas Victoria (entrada libre previa inscripción rellenando este formulario o enviando un email a forossur@diariosur.es). Por motivos logísticos, el evento se adelanta al jueves 20 de abril, a las 19.00 horas. En el encuentro, que cuenta con la colaboración de Fundación Unicaja y Cervezas Victoria, se expondrán además algunos de los mejores diseños de su carrera. Justo una semana después, el viernes 28, la marca compartirá cartel con nombres como Palomo Spain, Laura Sánchez y Maison Mesa, entre otros, en la segunda edición del MAM Fashion Forum, en el Museo Automovilístico y de la Moda.

Es el momento de Álvaro Calafat. «Si no arriesgo ahora, ¿cuándo lo hago?», sentencia el diseñador malagueño. Por eso, deja la «comodidad» de una presentación en Ifema, donde el año pasado generó nada menos que 500 referencias en prensa, para apostar por un concepto global donde cada elemento –desde la invitación hasta algunos 'amenities' de la habitación del hotel– estará tematizado con el motivo de la colección. «Desde que tú llegas al espacio hasta que termina la noche de hotel al día siguiente por la mañana, todo tiene que ver con nosotros, con la marca y con la colección», avanzan. Podrán hacerlo gracias a los patrocinadores que se han sumado en los últimos meses a su proyecto, entre ellos un grupo inversor –que aún no desvelan– que les permitirá ese toque de calidad que buscan para convertirse en una «marca europea».

De momento, han conseguido «lo más difícil en España»: posicionarse en la industria. «La gente ya quiere ver lo que hacemos», señala Calafat. Y eso es crucial para dar el siguiente paso. Con este giro de guion, Álvaro Calafat responde a quienes le afearon el haberse «acomodado» en una pasarela «tan castiza» como la Mercedes-Benz siendo tan jóvenes. Reconocen que hacer un desfile propio siempre estuvo entre sus planes: «Pero cuando nos dan la oportunidad de presentarnos a estas plataformas, que te dan visibilidad, lo tienes que aprovechar», reflexiona Ana Ponf.

Y a la vista está que acertaron con la elección. En los últimos seis meses se han multiplicado los pedidos a media y han llegado colaboraciones «impensables» antes de la Fashion Week Madrid. «Ahora tenemos más gente que confía en nosotros», asegura Ana Ponf.

La firma está en ese punto en el que una pequeña marca toma impulso –y se la juega– para dar el salto que la convierta en una gran empresa. El nivel de exigencia es alto, altísimo. La próxima colección tendrá una treintena de 'looks' con una selección de tejidos de gran calidad. «Es la factura más grande que yo he pagado en tejidos en mi vida. Esta factura ha sido más que todas las otras juntas», asegura.

Guardan en secreto el nombre de la propuesta, pero avanzan que es más agresiva que la anterior y que responde a una «reacción rabiosa» contra comportamientos que se han normalizado en la industria. Y hablan claro. Por ejemplo: «Estoy cansado de que en el showroom a la gente le dejen prendas y te las devuelvan reventadas. No tienen cuidado, y si las pierden les da igual. Y para mí es un trabajo que llevo haciendo meses y que me ha costado mucho dinero», expresa. Su máxima aspiración no es vestir a 'celebrities': «Yo prefiero ser famoso por facturar antes que por vestir a Lady Gaga». Sin medias tintas.

Por eso, lo próximo que lanzarán al mercado serán prendas «más vendibles y vestibles, incluso del día a día». «Obviamente» no faltarán su 'looks' fantasía, con esas estructuras en 3D que forman ya parte de su identidad. «Pero nuestro objetivo es vender, que cuando se pongan un traje nuestro se vean monísimos y distintos al resto y que hagamos una comunidad de venta súper grande que nos permita exportar productos. Con eso sería súper feliz, más que con vestir a cualquier famoso súper famosísimo del universo», argumenta Calafat. Y todo a su justo precio: «Ese abrigo que está ahí me encantaría que costase 50.000 euros, pero yo sé que no cuesta eso, aunque lo haga a mano con la máxima calidad. Todo tiene un límite y se está acostumbrando a la gente a pagar unos precios súper altos por cosas que no valen ese dinero. Yo no quiero entrar en ese círculo».

Ellos apuestan por otra forma de entender la moda. Y lo hacen desde un estudio de apenas 70 metros cuadrados en el vivero de empresas de Alhaurín de la Torre y con un equipo de solo seis personas (incluidos ellos dos) en el taller. Álvaro Calafat es el mayor de todos y aún no ha cumplido los 28 años. Jóvenes, pero sobradamente preparados. Dicen que desde hace seis meses el ritmo de trabajo es frenético y saben que les queda un buen tirón por delante. «Pero estamos más enamorados todavía si cabe de esta profesión».